miércoles, 5 de noviembre de 2008

Cenando con el perro que fuma

Hoy he vuelto a Versalles. Estamos alojados en un hotel en Velizy, y a la hora de salir a cenar se ha propuesto venir a Versalles. Yo encantado.

Gracias al amigo Tom Tom hemos llegado sin problemas, y después de aparcar en pleno centro, al lado de una de las principales avenidas de esta "pequeña" ciudad, hemos paseado hasta la plaza de Notre Dame,  y allí hemos entrado a cenar en un sitio muy curioso.

Se llamaba el perro que fuma, y en realidad paree un bar clásico, todo de madera por dentro, que ha sido aprovechado como restaurante.

Por lo visto el dueño y fundador del lugar, según reza en el dorso de la carta menú, acostumbraba a dar su pipa a su perro, y éste de vez en cuando pegaba alguna calada. Todo el local está decorao con decenas de cuadros de perros de todas las razas fumando cigarros y puros, lo que le da un aire mezcla de clásico y freaki.

Eso sí, la comida fantástica y mi estudio de la Creme Boulé tiene un nuevo capítulo para cuando lo escriba (son un estudioso de la Creme Boulé, la ensalada caprese y el tiramisú por diferente restaurantes del mundo; algún día lo contaré)

jueves, 23 de octubre de 2008

Viaje sorpresa 2

El tren nos llevó a Versalles, justo a una calle de la entrada principal del Palacio. Allí me di cuenta de qué clase de ciudad es esa. Es impresionante ver esa cantidad de casas señoriales como la base del "pueblo", todas con sus techos altos, sus grandes espejos dorados y sus salones enormes. Parece que les obligan a mantener las ventanas originales, o al menos su aspecto antiguo, porque las calles parecen construidas todas por el mismo arquitecto.

Las avenidas son muchas e impresionantes, llenas de árboles, los cuáles se despojaban de sus ojas y, cada mañana, nos recibían con una alfombra de naturaleza que nos arrebataba una sonrisa por su belleza.

Pasamos por delante de la entrada del Palacio, lo rodeamos, y también lo hicimos con sus inmensos jardines, hasta que, al final del Boulevard de la Reina encontramos nuetro destino.

Teníamos habitación reservada en el Trianon Palace, una maravilla de edificio, aunque en realidad nosotros deberíamos dormir en el edificio anexo, en frente de él, que era donde las habitaciones más "asequibles" estaban construidas.

La recepción era un lugar precioso, oscuro y moderno, y una amable señorita se ofreció a acompañarnos anuestra habitación. Por el camino nos dio la maravillosa noticia de que nos habían hecho un "upgrade" (maravillosa palabra siempre que es oída cuando estás de viaje) y que nos íbamos a alojar en el propio edificio del palacio.

La habitación estaba en la planta alta, una auténtica buhardilla preciosa, con una pequeña ventana que daba a los jadines y desde la que veíamos parcialmente el propio Palacio de Versalles. Un lujo, cuyo precio, según rezaba en la propia puerta, se pagaba a 650 euros al día. ¡¡¡Benditos puntos!!!

martes, 21 de octubre de 2008

Viaje sorpresa 1

Fue un viaje sorpresa, aunque planeado a escondidas. Arrancó de la Ciudad Condal con un destino oculto que se fue desvelando a lo largo del día. El mostrador de Air France daba a suponer que París era donde nos dirigíamos, pero sólo era el lugar donde íbamos a aterrizar.

Había volado poco con esa compañía aérea y en lo que respecta a este trayecto que narro, la verdad es que todo fue excelente. Puntualidad, atención, condiciones del avión, comida (gratis, Iberia, gratis, en turista). En el aeropuerto de destino, buena señalización, y accedimos al tren con facilidad. Sabía que tendría que cambiar de línea en Sant Michelle-Notre Dame, así que copramos billete hasta el centro de París, zona 1. Sólo una pega a esta parte. Las máquinas de comprar billetes para el tren no aceptan billetes, sólo monedas y tarjeta de crédito. Contando con que el billete desde el aeropuerto Charles de Gaulle al centro son algo más de 8 euros por persona, parece un problema, sobretodo si te das cuenta cuando llegas a la máquina después de hacer cola durante un buen rato.

De agradecer que tanto en el aeropuerto como en todas las máquinas automáticas, exista la lengua de Cervantes como opción. Siempre me ha hecho gracia lo reticentes que son los franceses a hablar en inglés.

En la estación antes nombrada, salimos a comprar el billete hasta Versalles, nuestro destino, y allí viví una curiosa escena que me dio qué pensar. Me acerqué a la ventanilla, y después de un corto intercambio de palabras en inglés con el funcionario de turno, éste se puso a teclear en el ordenador para expedir los tickets en cuestión. Se me acercó una chica y me preguntó algo en francés. Deduje que me pedía permiso para preguntar algo al dependiente, y le hice un gesto que significaba "no tengo ni idea de lo que me has dicho, pero adelante". Ella empezó a hablarle al hombre del otro lado del cristal, pero éste no le hizo ni caso. Como parecía que ella tenía prisa, golpeó el cristal. El hombre siguió sin desviar la mirada de la pantalla del ordenador, así que ella decidió dar golpecitos al micrófono por el que nuestra voz llegaba al otro lado, y entonces fue cuando el aludido le echó una mirada asesina que ella entendió a la perfección. Me miró con cara de pena. El hombre terminó de atenderme, y cuando hice sitio para que mi acompañante al lado cliente del cristal fuese atendida, la invitó a ocupar mi lugar con un gesto que claramente quiso decir: "Ves qué fácil, ahora te toca a ti".

Maravilloso

miércoles, 1 de octubre de 2008

Culo de mal asiento

Culos de mal asiento, quizás manojos de nervios, o simplemente excitación por una actividad fuera de lo corriente para ellos. Sea lo que sea, en los trenes de larga distancia existe una determinada gente que se comporta como si el asiento que les han asignado ardiese y les chamuscase las almorranas.

Nada más sentarse, y justo en el momento en que todo el mundo se ha acomodado y empieza a relajarse, deciden que deben acceder a la bolsa que tienen sobre sus cabezas para coger algo importantísimo. Esa bolsa normalmente es enorme, y aparte de necesitar ayudar para bajarla de allí sin partir el cuello a nadie, tardan varios minutos en localizar ese preciado objeto que no se acordaron de coger 5 minutos antes, y que ahora se convierte en algo de vida o muerte.Normalmente suelen estar provistos de un culo epecialmente gordo que bloquea el pasillo durante los minutos que dura la operación de búsqueda y rescate.

Cuando parece que ya disponen de sus artículos de supervivencia en esas tremendas tres horas que va a durar el trayecto, deciden que llega el momento de visitar la cafetería. Ir sentado ahí es un aburrimiento, y aunque no lleven más de diez minutos con el culo quieto en un sitio, sólo de pensar lo largo que es el trayecto ya les provoca incomodez. Maravillosa la técnica por la cual se desplazan por los pasillos de cada vagón (están en el más lejano, por supuesto) moviendo todos y cada uno de los respaldos de los asientos que encuentran a su paso.

Y por descontando, cuando por la megafonía del tren anuncian que la estación a la que se dirigen ya está cerca, pero que permanezcan por favor en sus asientos hasta que el tren se haya parado, ya llevan tres minutos descargando cosas de las estanterías y bloqueando el pasillo... eso sí, cuando al final abren la puerta, vuelven como locos a su asiento contracorriente de todo el pasaje porque se han olvidado de coger los auriculares de regalo: "¡Los he pagado y son míos!"

viernes, 19 de septiembre de 2008

El viaje que no será

Cronología de los hechos.

Compromiso de otro para que tú vayas allí. ¿A qué? A escuchar, es una reunión de unas dos horas, de otros con aquellos, no contigo, pero han pedido que vayas por si preguntan.

¿Dos horas? Es un vuelo de 14 horas ida y 14 vuelta...

¿Cuándo? El lunes es la reunión, perfecto. Elige viajar de noche y presentarte allí a primera hora sin duchar, o viaja durante el domigo para llegar a dormir allí. Dos interesantes opciones.

Todo encargado. Viernes. Problemas con algunos billetes a primera hora de la tarde. No vuelves por Londres. Sólo hay una hora y media entre vuelos y te arriesgas a quedarte en tierra, ya que son compañías distintas y no se hacen cargo del retraso.

La agencia propone opciones. Primera, ni de coña, no pienso viajar de noche y cambiar de avión a las 4 de la mañana. Segunda, ¿habéis leído lo que habéis mandado? ¡Significa pasar seis horas de madrugada en la terminal del aeropuerto de Doha! Ultima opción, viajar por Amán... ¿con una hora entre vuelos? Aceptamos Amán como aeropuerto más fácil para interconexión que Heathrow...

Emite billetes.

Diez minutos después. Espera, que ya sabemos de que va la reunión. ¡Ay va! Si es de Marketing.

Ya no vas. Va otro. Ok, viernes, media hora antes de que se vayan las secretarias.... se lo dices tú.

martes, 9 de septiembre de 2008

El amigo GPS

Cuando viajas a una ciudad grande como París, una ciudad que no conoces lo suficiente, cuando los de la agencia de viajes, a pesar de tus indicaciones y de haberles dado el nombre del hotel te colocan en el centro y cuando la oficina a la que tienes que ir a trabajar cada mañana se encuentra en la periferia, mucho más allá de Versalles, el amigo GPS se hace imprescindible. Cabe apuntar que tirar de taxi en París es imposible, a no ser que lo dejes reservado para las mañanas y las tardes con una semana de antelación a una hora fija (y aún así puedes tener problemas).

Cuando confías en el amigo GPS para guiarte a tu destino puedes encontrarte varios problemas ligados a la tecnología de nuestro siglo:

  • Que el aparatito no esté actualizado con las últimas obras en el trayecto propuesto. Después de los primeros momentos de pánico, recalcula la ruta y de nuevo encuentra el norte.
  • Que te meta en el mayor atasco que has visto en tu vida. Eso suele pasar si le haces caso y te metes en el llamado periférico (la M-30 de París) a las seis de la tarde. Hay un botón mágico en el Ton-Ton llamado "ruta alternativa" que suele funcionar bastante bien.
  • Que pierda la conexión o directamente se le vaya la pinza. Por ejemplo hoy mismo, que estando en una de las rondas de la ciudad, a unos 5 kms del destino (nuestro rancio hotel, después de dos horas de coche desde la oficina), ves que te dice que quedan unos 18 kms para el destino porque decide sacarte de la ronda hacia el sur, dar la vuelta a unos 7 kms, y volver al mismo punto, así porque sí, porque se le pone en los huevos al amigo GPS. Apagar encender apagar y todo resuelto.
Son decenas las situaciones en las que el amigo GPS me ha ayudado a no llegar demasiado tarde a una reunión, pero tampoco pocas las veces en las que me he acordado de su santa madre cuando me ha sacado del camino racional para meterme en un fregado de tres pares de narices.

Se merecía un post a estas alturas.

Bonsua

miércoles, 23 de julio de 2008

El escritor

Este país tiene un problema. La población nacional se dedica a las inversiones, y su nivel de vida y la población que venimos de fuera requieren un montón de servicios hosteleros que a su vez requieren de personal no cualificado. Mayoritariamente se nutre de gente de filipinas, india, Pakistán, etc.. y los propios "locales" deben comunicarse con ellos en inglés.

Hay gente que lo domina con soltura, pero otros eralmente tienen problemas, incluso teniendo que tratar con el público.

Yo no me considero alguien con fluidez en el idioma, pero acabo entendiéndome sobretodo con italianos, franceses o cualquier otra nacionalidad no anglosajona. Como le dijimos una vez hace años un italiano y yo a un inglés: "Nosotros hablamos mejor inglés que tú porque yo hablo con Andrea en inglés y me entiendo, pero tú hablas un inglés que no comprende nadie"

El otro día nos sucedió la última anécdota al respecto. Entrando en el parking de un hotel, un pakistaní que tenían controlando la entrada se acercó a mi ventana y me dijo algo. Me volví a mis compañeros y nadie había entendido nada. Me lo repitió, y no le entendí. A la tercera le entendí algo como "que de qué empresa éramos". Cuando le pregunté que por qué, me dijo "Es que estoy escribiendo un libro"

El amigo se refería a que debía llevar un registro de las entradas... pero yo me eché unas risas.

lunes, 21 de julio de 2008

Emirates Palace


Ayer cenamos en el Emirates Palace, la joya de la ciudad de Abu Dhabi. El lugar es realmente impresionante desde que te aproximas a él. La entrada de la "finca" ya tiene un arco árabe que acojona, y aparte de la entrada pública al edificio, hay un par de puentes para cuando importantes autoridades van al lugar.


Metes el coche en un hall con el suelo de azulejo, y por supuesto un mozo viene a por él. El hall principal es algo que ya se pasa de lo que puede ser el lujo y la ostentación. Hay una persona cada diez metros que te da las buenas noches y está preparado para cualquier cosa que se te ocurra en la distancia que lo separa con el siguiente.


En los cuartos de baño un ayudante te abre el grifo del lavabo y te entrega una toallita individual.

Pasamos a ver la exposición de Picasso, con docenas de cuadros, esculturas, dibujos... y gratis. Realmente impresionante.


Entramos a ver otra exposición sobre un proyecto que están construyendo en una de las muchas islas que rodean la ciudad (en realidad Abu Dhabi es también una isla) y vimos la maqueta del Guggenheim y del Louvre que se piensan construir, además de otros muchos eficios de arquitectura singular destinados a museos. Realmente acojona el poder econónico que tienen, y por lo menos en Abu Dhabi inierten en edificios de diseño, en lugar de torres monstruosas como en Dubai.







Cenamos allí, en un buffet realmente de calidad, al lao de la que debía ser una modelo famosa por su altura y tipito, mayor, pero muy triste, cenando sola.

A la salida, mientras te traen el coche, esperas en una sala del hall con una pantalla plana hasta que ves tu coche aparecer en la misma.... de 52", como las que hay en las habitaciones.

PD: hoy hemos cenado croquetas, bravas, calamares fritos, huevos estrellados y tarta de Santiago. Sí, sí, en Abu Dhabi.

Hace calor

Te puedo decir que hace más de 40 grados, y en seguida te vas a pensar en Sevilla o similares, una semana concreta de agosto en Madrid. Pero no, no tiene nada que ver. Aquí hay mucha humedad, las gafas se empañan nada más cruzar la puerta del hotel.

Piensas en zonas de mucho calor en España, y si además te digo que hay playa y piscina dices, bien, muy fácil atacar el calor, un buen baño.

Ok, echad un vistazo a la siguiente foto.

sábado, 19 de julio de 2008

Oscuridad definitiva y fiesta luminosa

Ayer hubo dos sucesos que marcaron el final del día. El resto de la jornada fue de lo más rutinaria aquí: encerrados en una sala de reuniones de 9 a 18.

Cuando volvíamos cruzando la ciudad para llegar al hotel, nos encontramos con una concentración de gente, vehículos con luces en el techo (policía, ambulancias, etc.) y la correspondiente retención en la circulación. Fuimos adivinando el suceso, en función de quién estaba reunido en las proximidades, y del tipo de intervención policial. La gente que trabaja aquí, sobre todo los hindúes, pakistaníes y filipinos, acostumbran a cruzar las calles por cualquier lugar en cualquier momento. Si a eso sumamos que la conducción aquí es un poco anárquica y agresiva, y que la iluminación de las calles no es muy buena (supongo que tendrá relación con el polvo de la arena que flota constantemente en el aire), os podéis imaginar que la escena que nos encontramos. Fue impactante, porque el golpe que debió recibir el pobre peatón se adivinaba contundente, por las características del escenario.

El otro evento fue radicalmente contrario. No era la primera vez en este hotel, pero ayer asistimos a la recepción por parte de los invitados de la novia de una boda árabe en el hall del hotel. Cuando la afortunada entra por la puerta, un grupo musical la recibe con piezas alegres y muy bailables, y los hombres (supongo que familiares de ella) bailan en círculo delante suyo, agarrados entre sí, y animados por el resto de los invitados dando palmas al son de la música. Se tirán así unos minutos, hasta que, sin detener la música, entran en el salón de celebraciones.

Digno de ver.

jueves, 17 de julio de 2008

Cabezas de búfalos


Ayer cenamos en un restaurante basado en carnaza de la buena, situado en uno de los hoteles que mejores cochazos reúne en la puerta. Para empezar nos pusieron límite para cenar, porque la mesa tenía que quedar liberada a las diez. Sólo nos dieron dos cartas (somos cuatro) porque se les habían acabado, no tenían más y tuvimos que prestárnoslas unos a otros. Tardaron media hora en traernos el primer plato, el mío una ensalada César muy buena. Después, otra media hora para el segundo plato, un "Beef Stroganof" realmente bueno, y que me impidió plantearme si quiera el pedir postre.

Como datos curiosos del lugar destacaremos que un camarero vino a media velada con una cabeza de búfalo y lo planto encima de una estantería mirándome fijamente (no sé si era para meterme presión para abandonar la mesa) y que una de las paredes estaba vestida con fotos de clientes, pero absolutamente anónimos, parejas, donde abundaba la ya típica comentadaen este blog charly-gringo.

En resumen, buena comida, pero muy mal servicio. No volveremos.

PD: Mi maleta ha aparecido a las tantas en el hotel, a las cinco de la mañana. Ya no sé qué hacer con ella, no puedo contenerla, se desmadra y vuelve tarde por las noches... he fracasado como dueño.

martes, 15 de julio de 2008

El cielo es azul

Dos vuelos con KLM. El primero de Barcelona a Amsterdam, el segundo, desde la capital Holadesa a Abu Dhabi. EL primer vuelo cómodo, rápido, y a las diez de la mañana, por lo que a los españoles siempre nos sorprenderá que lo que nos ofrezcan de comer a esas horas sea un pollo al curri que pica como un demonio (plato también disponible en el segundo vuelo).

El aeropuerto de Amsterdam bien, un poco "largo" ya que es el típico formado por brazos que salen de un mismo cuerpo, y siempre te va a tocar una puerta de embarque que esté en un extremo de esos brazos (Ley de Murphy).

El avión que ahora mismo (cuando escribo, no cuando publico, volamos sobre algún lugar de Turquía) nos está llevando a los Emiratos es un Airbus 330-200 y no tiene Primera Clase, con lo que voy en el asiento 1A, vamos, casi pilotando el avión.

Todo es azul aquí dentro, las paredes, los asientos, los uniformes del personal de a bordo. El avión no tiene grandes lujos, pero una cosa me ha sorprendido de este vuelo: el sabor español que se respira.

Para empezar, la azafata que me está atendiendo, al ver mi apellido en la tarjeta de embarque, ha empezado a chapurrear español y a contarme que la próxima semana visita Sevilla. En la pantalla individual se pueden seleccionar películas dobladas al español (latinoamericano, eso sí; ahora mismo estoy terminando de ver El asesinato de Jesse James), en el menú se puede encontrar un vino del Bierzo, Gazpacho, quesadillas y empanada vegetal.

Lo importante, llegaremos puntuales, y espero que con maleta, que es lo que al final queda de un vuelo en avión.

Eso sí, ya estoy acostumbrado a que, sea la compañía que sea, por mucho que lo ponga en el menú, nunca queda pasta ni lasaña. Y eso que tengo el asiento 1A...

Actualización a la hora de publicarlo, 00:25 hora local: la maleta no llegó ¿sorprendidos?

lunes, 14 de julio de 2008

Salto holandés

Mañana comienza un nuevo viaje. Me encamino a mi querido Abu Dhabi, vía Amsterdam, para disfrutar de sus cuarenta y pico grados, y sufrir una vez más a mis queridos compañeros de reuniones.

Viajaré solo, mis compañeros ya lo han hecho ayer, y disfrutaré de los servicios de KLM. No creo recordar haber viajado con ellos con anterioridad, por lo menos en viajes largos, por lo que prestaré atención a las características del vuelo para marcarles con una crucecita en mi personal lista de compañías deseadas.

Se hace pesado viajar por trabajo en estas fechas, sobre todo si estás disfrutando en el trabajo de jornada de verano (tardes libres). Además, la excursión se prevé larga, nos han pedido que reservemos hasta el día 24, y estar ocho o diez horas al día reunido se resulta difícil, incluido fin de semana en este caso, me temo.

Después vendrán las vacaciones, la desconexión, dentro de lo posible, y los viajes de otro tipo.

KLM, allá voy... creo que tendremos anécdotas que contar en esta ocasión.

jueves, 26 de junio de 2008

París huele a pis

Viaje relámpago (más de lo planeado incluso) a la capital gala. Martes a mediodía, avión de Iberia al aeropuerto de Orly. Un Airbus 321 de reciente adquisición del que cabe destacar una mayor y muy agradecida distancia entre filas de asientos (sí, en vuelos europeos vamos en turista). J. y yo teníamos dos asientos contiguos, el A y el B de una fila, pero cuando llegamos una señora tenía su santo trasero ocupando todo el A con mucha tranquilidad y su nariz pegada a la ventana. Perdone, el suyo es éste, el del puto pasillo, el asiento en el que cuando pase la azafata y esté dormida le pegarán con el carrito de la comida o con el codo. Los guays, el del medio y el de la vnetana son nuestros. Nos mira, nos sonríe y nos dice, ya lo se. Ok, y yo que me alegro de que estemos de acuerdo, pero vamos, que se mueva. ¿Es que os importa? Pero vamos a ver, primero pida por favor y luego lo discutimos. Así que se movió de su sitio, y no nos volvió a dirigir la palabra, indignada, supongo.


El vuelo fantástico, a su hora y bien. Eso si, llen de la chavalería que se iba de excursión, aunque no hicieron mucho ruido.

El aeropuerto de Orly es muy curioso, porque sólo hay dos cintas de recogida de equipajes, y lo gracioso es que se puede acceder a ellas entrando desde la calle. Es decir, no hay un control de entrada para que solo recojan equipajes los viajeros que llegan allí, si no cualquiera que entre por la puerta de la terminal... por cierto, mi maleta la segunda. Todo ok.

Coche de alquiler, y el recuerdo que me quedo del parkin del aeropuerto es el olor, meados en la escalera que baja entre plantas... sucio, triste... bienvenido a París. Siempre ha estado así...


El hotel al que íbamos lo encontramos de chiripa y reservamos las últimas habitaciones hasta el viernes. A mi las fotos me dieron muy mala espina, a pesar de que presuumía de 4 estrellas en la web de reservas... No cogimos GPS confiando en el conocimiento de la zona de Mister A. y en el mapa que se habá impreso en la Vía Michelín. Menuda mierda el Michelín este, menudas indicaciones. Lo siento, soy de google maps hasta la muerte... Tardamos un buen ratillo en llegar al susodicho hotel, más que nada por que había dos iguales en la ciudad en la periferia de París a la que íbamos, a cual más cutre y hortera. Unas colchas en la habitación de los años sesenta, no del estilo de esa década, si no compradas en esa década. La puñetera moqueta por odos lados, incluso la pared y un gran susto por mi parte porque al entrar en el baño no había water, pero resulta que etos gabachos lo ponían antaño en una habitación aparte, el solito ahí aislado...

Esa noche salimos a tomar una birrilla y cenar por el pueblo en cuestión, y nos costó encontrar un restaurante francés. Aquello estaba petado de chinos y japoneses y los pocos franceses que había estaban cerrados. Al final encontramos uno en el que gracias a mi imponente pronunciación a la hora de peir los platos acabé comiendo riñones contra mi voluntad, aunque reconozco que no estaban nada mal.

El día siguiente se puede resumir en atasco, reunión, cabreo, atasco, cenamos en París. La cena de ese día fué en el centro, zona preciosa, codeándonos con la Jet Set parisina y sus cochazos y modelitos de noche. Una caamarera que hablaba español porque era marroquí ncida en Francia pero había vivido 3 años con un gallego nos alegró la noche. Por contra, unos padres alemanes nos sorprendieron con su modernidad (léase caradura) al sentarse ellos (6) en la terraza del lugar a cenar y colocar a los niños en una mesa dentro del restaurante todos juntitos para que los cuidásemos entre el resto de clientes y los camareros.

Y al sacar el coche del parking en París de nuevo ese aroma especial que tienen los parkings por allí...

Al día siguiente hemos cogido los bártulos y nos hemos vuelto para Madrid. Nuestros socios son unos mantas y la reunión de tres días se quedó en uno, así que cambiamos los billetes por un vuelo hoy a las 11:35 de la mañana. Pues bueno, hemos salido a las 9 aproximadamente del hotel y a las 10 hemos vuelto a llamar porque no llegábamos ni de coña, cambiándolos para las 3 de la tarde. ¡¡¡¡¡Bendita carretera de circunvalación de París!!!!! Ríete tú de la M-30 de Madrid.


Increiblemente nos hemos presentado en el aeorpuerto a las 11:05 y nos han animado a intentar coger el avión anteriormente planeado, consiguiéndolo con gran margen (bendito aeropuerto pequeño).

En resumen, en casa antes de tiempo gracias a la incompetencia de algunos, y por una vez, el vuelo y la maleta ha sido lo único que ha salido bien. En concreto la mía en Barajas la primera, no hay nada como subir el último al avión para que te la dejen en la puerta.

Pues eso, que París huele a pis.

sábado, 14 de junio de 2008

Poesía en Emiratos

De El Mundo Digital.

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/06/13/television/1213369687.html

Lo sé, hace mucho que no escribo aquí, pero es que hace mucho que no viajo.

lunes, 19 de mayo de 2008

jueves, 1 de mayo de 2008

La primera en Primera

No es un asiento, es un pequeño apartamento. La pantalla es un TFT en condiciones, mayor que el que tengo en el ordenador de la oficina. La mesa es un escritorio que se amplia según las necesidades. La distancia entre los asientos es más del doble de la Business Class, y están equipados con toda una suerte de accesorios. Desde un pequeño armarito para colgar la chaqueta con su percha incluida, un minibar con lo básico, varios compartimentos para guardar cosas y todo tipo de luces individuales.

Se puede hablar por teléfono de un asiento a otro, y las luces de cabina van cambiando de color en función de la fase del vuelo, apareciendo un cielo estrellado en el techo de la misma cuando se apagan las principales para que el pasaje duerma.

La comida es excelente, con gran variedad de platos, y en la parte delantera de la cabina hay una especie de salita con un gran sofá para tomarse una copa con alguien y charlar.

Los asientos son enormes, se convierten en cama fácilmente, en incluso tienen la capacidad de de girarse automáticamente para mantener conversaciones con el pasajero que viaja a nuestra espalda, o simplemente echar una partidita de mus.

Por último, el típico neceser que te regalan en la Clase Business con colonia, cepillo de dientes y de más artículos de higiene personal, aquí se convierte en una bolsa en condiciones capaz de servir para transportar tranquila mente el ordenador portátil.

Además, la sala Vip para First Class del aeropuerto de Abu Dhabi es de nueva construcción, y en ella el diseño moderno por fin se ha impuesto. Dispone de camas de relajación, restaurante a la carta sin coste, televisión individual para cada visitante e incluso cabinas de masaje por si la demora entre vuelos lo permite.

Casi se me ha olvidado ya lo asqueroso que ha sido esta vez el resto del viaje.

martes, 29 de abril de 2008

La caída de un mito

Este País se cae a pedazos.

Los hoteles suben sus precios, el servicio de los restaurantes baja en picado, el tráfico está imposible, y lo peor que nos podía pasar, nuestro proveedor de relojes tiene problemas.

Asegura que le han cazado con las manos en la masa y no nos puede atender como antes. Nos cita a una hora concreta, y cuando le visitamos, nos dice que salgamos por puertas diferentes y nos encontremos en el parking. Allí, es necesario esconderse en un coche como si el negocio fuese de otro tipo, y la mercancía se muestra bajo una triste luz que no permite diferenciar las gangas de los pufos.

Están aprendiendo rápido aquí, dicen que van a poner impuestos.

Nos queda poco por ver, excepto algún garito interesante para después de cenar.

Pero cada vez menos ganas de volver...

domingo, 27 de abril de 2008

No Vacancy

Impresionante como está esto de gente. Temporada alta, supongo. 25 grados de noche y 35 de día.

Nos costó encontrar habitación, nos costó encontrar billete de avión y nos ha costado encontrar sitio donde aparcar el coche. Nunca habíamos visto la ciudad así.

El viaje ha estado bien, disfrutando de Qatar Airways, a pesar de que nos han dedicado una sesión de luces de discoteca en el trayecto entre Doha y Abu Dhabi.

En la aduana, en lugar de preguntarme por el Real Madrid como de costumbre, me han preguntado si tenía residencia en Emiratos, ante las complicaciones para ponerme nuevos sellos en el pasaporte.

Y mientras esperaba mi maleta, un anciano americano me ha preguntado si podía ayudarle. Ante mi cara de asombro, ha comenzado a abrirse la camisa mientras me explicaba que estaba operado del corazón (me ha enseñado su cicatriz en medio de la recogida de equipajes del aeropuerto) y que no iba a poder cargar con sus dos maletas.

Amablemente le he presentado a los porteadores que estarían encantados de destrozarse la espalda a su servicio, y ha entablado una interesante conversación con el porteador: "No tengo dinero, mi hijo está fuera y te podrá dar algo. ¿Te gusta el dólar? Quieres dólares ¿eh?"

En fin, van por todo el mundo presumiendo de sus dólares. Tentado he estado de intervenir con un "Por cada dos dólares te doy un euro" pero me he contenido.

Bueno, que empezamos con buenas noticias, la reunión mañana es a las once, por lo que pasaremos por la playa después del desayuno. Es la única hora a la que se soporta aquí al Lorenzo con turbante.

sábado, 26 de abril de 2008

Barcelona - Toledo - Abu Dhabi

No, no es un paquete turístico por las diferentes culturas actuales, son y serán mis tres destinos en menos de una semana.

El fin de semana pasado me lancé carretera arriba (o abajo según se mire) con mi Mini y una Miss venezolana, y nos fuimos a vivir la noche catalana con otro par de locas que allí nos esperaban. El viaje de ida fue fantástico. Aparte de mi acompañante, que había conocido en persona un minuto antes, de la granizada que caía en Madrid cuando la recogí, de las tormentas que nos acompañaron por el camino y de la fantástica carretera hasta allí, nuestros respectivos Ipods nos hicieron disfrutar de las cinco o seis horas que dedicamos a la travesía, descubriéndonos mutuamente nuevas obras de arte.

La vuelta, que hice yo solo, fue algo más aburrida, aunque el Ipod volvió a dar todo de sí. También contribuyó que era tarde, y estaba cansado de la actividad socio - festiva de la ciudad condal.

Me impresionó el despliegue de algunas estaciones de servicio, en concreto una en la AP-2 unos 40 kms antes de Zaragoza sentido Madrid. Tenían construido un puente cubierto sobre la autopista para que los que parábamos en el sentido contrario a donde se encontraba el restaurante, accediésemos sin problemas...

A Toledo fui el jueves por la tarde. La empresa organizaba una reunión anual en esa ciudad durante dos días, y los cuatro locos de turno, en lugar de coger el maravilloso autobús que se facilitó para la asistencia al evento, pactamos una ruta alternativa por carreteras secundarias Google Maps mediante, y medimos nuestras monturas al nuevo mostrenco-barco_mercante-misil_balístico que el señor director De Marketing había adquirido recientemente.

Llegamos tarde, pero contentos.

La vuelta la hicimos al día siguiente por autovía, y la verdad es que aparte de aburrido, era bastante más corto. Como anécdota, que no podía faltar en mi caso, diré que el mínimo equipaje que preparé para la ocasión, una bolsa de deporte con lo básico, la entregué a mi jefe para que la transportase en el autobús y me la devolviese a la llegada, pero no la recogió a tiempo de la bodega del mismo, y el "señorconductornoseríe" tiró millas hacia la nave donde aparcar el cacharro con mi bolsa en sus entrañas. Así que me tocó perseguirlo después por el polígono como si de la GC se tratase...

Y para cerrar la turné de la semana, mañana vuelvo a ver a mis amigos de Qatar Airways y a su famosa terminal de Doha con Jacuzzi y Spa, que esta vez intentaré disfrutar, ya que tenemos una hora y media de relajante espera entre aviones... volvemos el jueves, sí, día del trabajador, pero con un aliciente que seguro me dará nuevas anécdotas y referencias para otras cuantas historias: Billete en Primera (no en business, en primera).


Me voy a comprar uno de estos para carretera y aire

lunes, 7 de abril de 2008

Anecdotario parisino

Mis compañeros de viaje me han destacado el que no haya contado ciertas cosas de la travesía, que son muy indicadas para ser contadas en este lugar. Anécdotas que se llaman, así que voy a proceder a narrar algunas de ellas, sin un orden especial, y sin mucha conexión, a modo de resumen de lo que puede ser un viaje de estos.

El viaje comenzó con los típicos inconvenientes que nuestro amigo Fran sufrió en sus carnes, como son los derivados del paso por el control de seguridad, en el que entre desnudarse, deshacerse de sus líquidos sospechosos, y volverse a vestir, dedicó un tiempo precioso.

Ya en el avión, se invirtieron los papeles. Estábamos sentados al fondo del avión, ellos dos en la misma fila y yo en la anterior. Debatíamos sobres las cualidades de nuestros Ipod's (vale el tuyo es más gordo pero el mío gusta más; sí, el Ipod) cuando una azafata se acercó a nosotros interesándose por nuestros cacharritos, y acabó cogiéndome el mío y diciendo:" Vamos a ver que tienes por aquí, uy, no está mal". No es habitual que sea la azafata, sobre todo si está de buen ver, la que se acerque a los pasajeros para hablar de frivolidades, pero esta en concreto parecía bastante extrovertida. La mejor escena fue cuando se acercó ofreciendo periódicos deportivos, y a la pregunta de "As o Marca" a uno de mis acompañantes (omitiré su nombre para evitar suspicacias conyugales) y su consiguiente cara de duda, no dudó en enseñarle descaradamente la última página del As. En ella aparece la "Chica del As" enseñando todo su poderío. Ante la decisión clara y meridiana de mi compañero de coger el As después de tal ofrecimiento, las risas de ella y los otros dos que contemplamos la escena fueron mayúsculas: "Cómo te lo ha vendido chaval".

Durante el resto del viaje continuamos "charlando" con nuestra azafata. Como ejemplo, no me preguntéis como sé que ella iba a salir a correr por París los dos próximos días...

El tema del coche también dio de qué hablar. Nos dieron una fregoneta de cuidado. Fran se montó detrás y se abrochó el cinturón diciendo: "Vamos a ver si tu fama es cierta, José". Indignado ante semejante falta de respeto, salió con toda su determinación de la plaza de parking, pero sólo conseguimos avanzar un metro y veinte centímetros sin que se le calase el coche. Sin comentarios.

El coche estaba dotado, según nuestra petición, con un práctico GPS imprescindible en grandes ciudades extranjeras. Facilita mucho el trabajo, y sin él estaríamos perdidos. Aún así, nos perdimos alguna vez, pero él mismo nos sacó del aprieto. Lo mejor fue cuando, aburridos el último día en un atasco camino del aeropuerto, decidimos rebautizar la carretera de circunvalación de París con el nombre de Avenida de los Chichos, y así se la encontrará el próximo usuario de Avis que sea tan afortunado de recibir el mismo aparatejo. Esa, y otras cuatro carreteras principales más...

La parte más curiosa de nuestro periplo por carreteras Parisinas fue la agresividad de los camioneros locales. En un intervalo de dos minutos escasos presenciamos como un camión se lanzaba a aplastar a un coche que le adelantaba por la derecha (no le alcanzó), y como otro conductor de vehículo pesado, tras una supuesta discrepancia de tráfico, se bajaba de su vehículo y empezaba a aporrear (patadas y puñetazos) a un BMW que se dio a la fuga acojonado.

Fueron solo tres días, no llegó, pero además tuvimos un camarero que se empeñaba en traernos lo que él quería, y acabó prendiendo fuego a lo que había sobre la mesa al servirnos unas crepes flambeadas. Conocimos a un ratoncillo que se había quedado petrificado mientras cruzaba un calle en Trocadero (vivo, pero quieto) y al final descubrimos que volaba con los billetes de un tal Fernando.

Vamos, que dan ganas de volver. De hecho tenemos billete para mañana, pero eso es otra historia...

jueves, 3 de abril de 2008

No quiero volver

En realidad la parte del trabajo está siendo como siempre. Poco productiva, vuelta al comienzo, discusiones resabidas, pero de nuevo estamos en el mismo punto, el de hace un año.

Pero el resto del viaje está siendo todo un descubrimiento. La ciudad, nunca vista de esta manera, preciosa, cálida, impresionante.

Los detalles, la actitud quizás manda, la observación continua y la valoración de cada pequeño aspecto del entorno. Disfrutándolo.

Pero sobre todo la compañía. Los ratos libres, las cenas y las copas, están siendo ricos, novedosos, amenos y enriquecedores. Nuevos temas, nuevos puntos de vista, y hasta nuevos blogs como quien no quiere la cosa.

Da gusto viajar así, y después pegarse un baño en esta pedazo bañera...

miércoles, 2 de abril de 2008

Hablemos de hoteles

Ha llegado el momento. Posiblemente estoy en una de las habitaciones más espectaculares de las que he estado nunca, y es el momento de describirla.

El hotel está situado en la zona centro de París, a orillas del río y muy cerca de la Torre Eiffel. Es un edifcio antiguo que por dentro ha sido decorado con estilo vanguardista. En la entrada, no existe un mostrador de recepción, sino dos salas a ambos lados de la puerta en las que se espera mientras los amables empleados realizan los trámites de registro. Toda esta zona está decorada con un estilo muy moderno y los libros de hoteles de diseño están al alcance del visitante. Se obsequia con un bebida mientras se completa la inscripción, para después pasar a las habitaciones.

Cada planta dispone de muy pocas habitaciones. La sexta, en la que me encuentro yo, es la superior, y en ella solo existen cuatro estancias, numeradas de la 61 a la 63, y una última con el 69 en la puerta. Entendemos que es la suite Eiffel que se anuncia en la planta baja.

A mí me ha tocado la 62, que no es de la categoría que hemos reservado, sino un par de ellas superior. La habitación está dividida en dos partes. La zona dormitorio, con la cama en el centro y elegantemente decorada, y l parte del baño. Lo más impresionante es que ambas zonas están separadas por una pared de cristal, que permite contemplar la una desde la otra totalmente en cualquier momento. Detrás de la cama existe un pequeño escritorio, y delante de ella un sofá integrado en la pared, dos armarios y un televisor de plasma.

La parte más espectacular seguramente sea el baño.


El labavo tiene un diseño espectacular, siendo absolutamente plano y sin profundidad en un extremo, y conteniendo una pendiente interior que lo lleva al desagüe en el extremo contrario. EL espejo es rectangular, muy largo. Lo mejor es la bañera. Es absolutamente cuadrada, de más de un metro de ancha, y en ella cabrían cuatro personas.

El resto de la habitación cuenta con unos servicios nunca vistos que paso a relatar de forma rápida, ya que he dormido poco y mañana hay que madrugar:
  • Altavoces para el Ipod, como lo oís.
  • DVD con películas gratis
  • Internet Wifi gratuita
  • Balcón con banco de diseño exclusivo, con vistas al Sena
  • Jacuzzi en el hotel con acceso gratuito
  • Diferentes tipos de masajes
  • Bar
  • Etc..

Todo un lujo de sitio que os aseguro intentaremos disfrutar al máximo, y que le hace a uno mal acostumbrarse a la buena vida que por su propia cuenta no se puede pagar.

martes, 1 de abril de 2008

Touch & Go

"Touch & Go" es un término que se utiliza en aviación para describir una acción consistente en realizar una maniobra completa de aterrizaje justo hasta el mismo instante en el que el aparato toca tierra, para a continuación volver a emplear plena potencia en ascender de nuevo como si se realizase un despegue.

Esa es la sensación que tengo hoy.

Hoy mismo he llegado después de pasar el fin de semana y un día en los alrededores de Jerez de la Frontera. El motivo, el Gran Premio de Motociclismo de este año. Ni que decir tiene que ha sido fantástico, pero el realizar estos viajes desde la capital del Reino en motocicleta, y más si es una fantástica naked sin ningún accesorio protector para el piloto, cansa.

He llegado a casa pasadas las ocho de la tarde, pero mañana, a las 7:20 de la mañana, en menos de 11 horas desde mi llegada (a eso hay que sumarle el quitarse el mono de cuero, que puede llevar algunos minutos), parto con viento fresco (nunca mejor dicho) hacia la capital de la República Francesa.

Es un viaje apetecido, deseado, y seguramente será disfrutado. Pero, esto del Touch & Go es duro, muy duro.

domingo, 2 de marzo de 2008

T4 de Barajas, alta tecnología

Se habló mucho del mecanismo automático que distribuye las maletas en la Terminal 4 de Barajas. Supuestamente, se lee el código de barras de la etiqueta de la maleta, y un ordenador decide cuál es el camino (¿más corto, más rápido?) para que aparezca tu maleta en la cinta correspondiente (45 minutos después), salvo si es la mía, claro. Para qué os voy a contar.

El otro día, mientras esperábamos un milagro, digo las maletas, en la cinta contigua a la nuestra, parece ser que el cacharrito se averió, y se quedaron las maletas a medio salir por el agujerillo que las comunica con el mundo de los humanos. El aparato pitada desesperado e iluminaba una lucecita roja llamando la atención de todo el mundo, pero de ningún técnico de Aena (no había).

Tampoco esperaron mucho (más de lo que ya llegaban), pero en cuanto nuestros colegas pasajeros se cansaron de ver su maleta asomarse si poder alcanzarla, se tomaron la justicia por su cuenta.


PD: Hay un botoncito escondido a un lado que vuelve a poner en marcha la cinta... por si se os para alguna vez...


martes, 26 de febrero de 2008

Ha vuelto

Ya está aquí conmigo, en casa. Pobrecita ¿dónde habrá pasado la noche?

Creo que nunca nos acostumbraremos a estas desapariciones.

lunes, 25 de febrero de 2008

Soy especial



Al fin en casa, que viaje tan largo.

Todo ha terminado como me temía. Ayer nuestras maletas se quedaron a dormir en el aeropuerto de Frankfurt. Supuestamente alguien las recogería de la cinta, las metería en una sala, y esta mañana se preocuparía de volverlas a sacar para montarlas en un avión...

Jaja, demasiado fácil.

Mi maleta no ha llegado, dicen que puede que simplemente sea un error al bajarla del avión. La de mi compañero sí llegó, el resto no facturaron...

Me da igual. Estoy cansado. Que me la traigan a casa cuando quieran.

De 8 viajes, 6 sin maleta.

domingo, 24 de febrero de 2008

Dos vuelos perdidos en una hora

Al final hemos terminado quedándonos en Frankfurt. Llegamos tarde a Alemania, el vuelo fue pero que de costumbre. Salimos más tarde incluso de lo anunciado y el servicio fue bastante peor (¿Para qué coño anuncian siempre los Tortellini si nunca hay?) Etihad está perdiendo bastantes puntos en nuestro ranking de compañías aéreas y ya se habla de veto en entre los compañeros de viaje...

Una vez que aterrizamos en Frankfurt, primero nos recibe gente de la compañía árabe y nos dice que tenemos plaza en el vuelo de Spanair de las nueve, ya que el nuestro hace tiempo que se ha ido. Añade que debemos pasar por el mostrador de Iberia, ya que nuestra querida compañía de viajes (¡Viajes Iberia!) nos ha comprado vuelos independientes. Primero protestamos a Iberia, nos dice que no puede darnos billete en Spanair. Vamos a Etihad, y no se hace responsable de la pérdida del avión, porque no tenía constancia de la conexión, ya que para ellos nuestro destino final es Alemania. Volvemos a Iberia y nuestro jefe monta el pitote. Al final acceden a gestionarnos el billete con Spanair.

Una compañera suya nos acompaña hasta Luthansa para conseguir la tarjeta de embarque, pero justo en ese momento la policía alemana decide hacer una inspección de maletas y acordona toda la zona, impidiéndonos coger el metro que nos lleva a nuestra terminal. Así que corriendo al autobús, que tarda en llegar. Vuelo cerrado. Hemos perdido dos vuelos en una hora.

De vuelta a Iberia y a protestar a Etihad, que se desentiende y dice que mandemos un email.

Total, acabamos con un billete para mañana a medio día con Iberia, y pasando la noche en un Sheraton en el aeropuerto que no se merece ese nombre.

¡¡Qué cuadriculados son los alemanes!!

Y que día tan largo, joder...

Una hora y media de retraso

Saludos desde la sala de espera del Aeropuerto de Abu Dhabi.

Nos comunican que nuestro avión hacia Frankfurt con salida programa a las 14:00 hora local, sufre un retraso de hora y media, por lo que se espera su salida a las 15:30 hora local.

Lamentamos comunicarles que nuestra conexión con el vuelo de la ciudad alemana a Madrid, previsto para las 19:30, está en riesgo, existiendo una alta probabilidad de que debamos pasar la noche en tierras germanas.

Me voy a poner hasta el culo de Weiss Bier para compensar mi pena.

Eso sí, de la maleta me olvido...

sábado, 23 de febrero de 2008

Weather Forecast


I'm just thinking about it...

jueves, 21 de febrero de 2008

El dinero fluye

Se nota que se mueve la pasta. El chiringuito de los relojes ha sufrido varias reformas:

  • Construcción de techado que cubre el mostrador de la mercancía, y que a la vez realiza funciones de almacenaje, cobertura, soporte de género y protección.
  • Colocación de diversos abalorios coloridos, que aportan un ambiente más acogedor y hogareño al lugar.
  • Dispersión de los elementos verticales para ganar espacio, luz y visibilidad.
Los resultados saltan a la vista. Eso sí, el género está perdiendo bastante.... ¿policía?


miércoles, 20 de febrero de 2008

Dennis Noyes

Son sólo las once y cuarto, hora española, en este momento volamos sobre el mar Mediterráneo, entre la Comunidad Valenciana y la Balear, y ya he tenido que pedirle un bolígrafo a Merli para apuntar temas para escribir en este blog. Vale, quizás estoy un poco obsesionado por el tema, pero es que cada minuto es una historia.

Para empezar, y basándome en el principio de acción-reacción, he salido (de casa) y llegado (al aeropuerto) con demasiada antelación, en contra de mi último viaje en el casi me quedo en tierra. Me ha venido a buscar a casa (previa cita telefónica) un "correcto taxista" (hola, adiós y gracias) que conducía un Seat automático (!) y que tenía una extraña manía: ponía el freno de mano cada vez que parábamos en un semáforo. Es cierto que los coches automáticos obligan a tener pisado el freno en los semáforos, pero el freno de mano creo que está para otras cosas... bueno, a lo mejor tenía un esguince de tobillo y se lo prescribió el médico: "Se toma estas pastillas, nada de deporte, y el coche me lo para con el freno de mano".

Qatar Airways nos llevaba esta vez. Buscado por nosotros, los adoro. Desde la atención en facturación es excelente. Cuando ya estábamos desayunando en la Sala Cibeles, llaman a José por megafonía. Le preguntan si le importa cambiarse de sitio en el avión, ya que otros pasajeros quieren viajar juntos... no quiere alejarse de mi, que se busquen a otro. Veinte segundos después, llaman al "otro". Parece que este último accede, porque no siguen nombrando al pasaje por los altavoces del aeropuerto.

Vamos a embarcar, en su hora. Dios mío, quién está ahí. Vale, seguramente soy la única persona del aeropuerto que lo reconoce, pero eso no le resta importancia. Dennis Noyes va a viajar en el mismo avión que yo. Eso significa que hay entrenamientos o carreras en Qatar, o en la zona. El locutor de SBK de Telecinco le acompaña. No me atrevo a hablar con él... pero le tiro una foto, que cojones. Qué decepción, viaja en turista. No quiero trabajar en Telecinco.

(Acabamos de sobrevolar Malta, aunque esto lo publicaré por la noche)

Subimos al avión, Denis a turista, nosotros a Business, claro (;O)). Curioso, dos familias en Business Class. Una española, con dos niños pequeños y otro recién nacido. Probablemente los que andaban preguntando para sentarse juntos. Al final, prácticamente medio pasaje se ha movido voluntariamente para que toda la familia viaje unida (que contentos estarían los de la Conferencia Episcopal de verlo).

Viene otra familia, esta árabe. Situación. Este avión tiene tres grupos de dos asientos por fila, con dos pasillos separando los grupos de dos. José viaja solo en los de la derecha, yo compartía (al principio del vuelo) con el cabeza de la familia árabe, y el grupo de la izquierda lo ocupan la mujer (joven, bastante joven, vestida de paisana) y su hijo, de unos 7 u 8 años. Después de varias conversaciones entre ellos, el padre ha decidido cambiarse de asiento e irse a otra fila, llevándose al niño con él... ¿por qué? Está claro. El niño debe viajar con su padre, que debe de ser el que mejor lo controla. Eso significa que si se sientan juntos, su mujer debería sentarse a mi lado... Es preferible separar a la familia qu permitir que su mujer eté cerc de un occidental... (¡¡¡¡qué contentos estarían los de la Conferencia Episcopal de verlo!!!!).

De nuevo, I love Qatar (Airways)

PD: 12:49, hora española. Las luces apagadas en el avión. Ya hemos comido (a las once y media), la gente duerme. Incluidos los niños (¡¡bien!!)

PD: Saludos desde el aeropuerto de Doha, entre vuelos

sábado, 16 de febrero de 2008

Culo frío

Siguiente viaje, próxima semana. De miércoles a domingo (sí, fin de semana incluido con todo los gastos pagados).

Seguramente eso provoque que a mi vuelta no pise por la oficina en unos días. Los días pendientes del año pasado y el calendario que se nos presenta para los meses que vienen, animan a ir gastando días de vacaciones...

Esta vez vuelve a ser Abu Dhabi, pero se habla de un par de semanas en París a comienzos de marzo...

¿Quién se apunta?

PD: Objetivo de este viaje, tomarme un mojito con el culo bajo el agua.