sábado, 4 de diciembre de 2010

De nuevo, el National Day

Nuestro viaje acabó el día del National Day en UAE. Afortunadamente, porque de haberlo hecho un día más tarde, como estaba previsto, me hubiese visto envuelto en el caos aeroportuario creado por los chantajeadores de turno.

Por lo visto, allí las fiestas se colocan en el calendario sólo unos días antes, en función de cómo tenga a agenda el Emir.

Esta vez no hablaré de los coches decorados para la ocasión y del glamour de las luces pseudo-navideñas con las que adornan la ciudad los paisanos, de eso podéis encontrar puñados en internet.

En esta ocasión debo resaltar un par de eventos nuevos en mis experiencias en ese país.

La primera fue la víspera, en la que la empresa nos dio una comilona al aire libre (28 graditos, mientras nevaba en Madrid) al estilo boda europea, que incluyó serpentinas, confeti y varios juegos entre los participantes. A los jóvenes locales les hicieron un concurso de preguntas en su idioma, por lo que nosotros disfrutamos de las risas. A los occidentales seleccionados en dos bandos, les colocaron en una pizarra una silueta del País y les pidieron localizar los siete Emiratos. Para mi hubiese sido un marrón, pero los residentes allí tenían la lección bastante bien aprendida.

La segunda gran sorpresa tuvo lugar al día siguiente. Nos habían hablado de ello pero no nos lo pudimos imaginar hasta que lo vimos.

De camino al aeropuerto, rodeando por la autopista que va saltando de isla en isala ( La de los museos en construcción y la del Circuito de Fórmula 1) nos encontramos una hilera de autobuses escolares enorme. Cuando ya llevábamos bastantes minutos adelantándola, me decidí a grabar un video... Mir teoría es que el gobierno acababa d recibir la flota y los sacó a desfilar el día del orgullo nacional. Ahí dejo el vídeo. Atentos a los comentarios del Comercial que me acompañaba, por supuesto pensando en el contrato de la empresa que los vendió.

martes, 23 de noviembre de 2010

El coche que te lleva al coche

Hace ya bastante tiempo, aprovechando la ampliación del Aeropuerto de Abu Dhabi (inicial, que va a estar creciendo varias décadas), derrumbaron el edificio de una sola planta que contenía las oficinas de las empresas de alquiler de coches.

Aparte de las internacionalmente conocidas, hay un gran número de empresas locales. Todas las oficinas eran idénticas, todas del mismo tamaño e importancia. Supongo que la única disputa es saber cuál lograba el puesto más cercano a la puerta de acceso desde la terminal.

Cuando les destruyeron el garito, les trasladaron a otra zona del aeropuerto dedicada a vuelos regionales, y les instalaron en casetas temporales en un aparcamiento. De nuevo, todas las mesas eran idénticas.

Este lugar está a varios kilómetros de distancia de la terminal donde te deja el avión, y hasta hace poco una furgonetilla estilo Nissan Vanette te recogía (a todo el mundo que hubiese reservado un coche de alquiler) y te daba una vuelta por las instalaciones hasta llegar allí para hacer los trámites.

A la hora de devolver el coche, mismo procedimiento en sentido inverso.

Inaguraron el nuevo edificio de aparcamiento y de oficinas de alquiler de coche, pero nuestra habitual, Avis, parece ser que no consiguió plaza.

Desde entonces, un empleado nos espera en la salida de la recogida de equipajes con el título cartel con algo parecido a tu nombre y apellidos (nunca coincide al 100%), y éste llama a otro empleado que trae el coche hasta la terminal (20 minutos después) y procede a los trámites encima del maletero del coche. La fotocopia del carnet y el pasaporte se sustituye por una foto con la cámara digital.


Nuestra sorpresa ha sido este último viaje, cuando de nuevo, nos han venido a buscar en un monovolumen, pero esta vez nos han llevado aún más lejos que de costumbre.

Claro, nos planteamos que tipo de problema ha tenido Avis con las autoridades del Aeropuerto de Abu Dhabi, porque ya nos empieza a compensar coger un taxi al hotel, y recoger allí el coche, que tiene oficina Avis.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Historia en el cajero

Ayer viví una situación insólita. Me acerqué a un cajero automático para sacar unos billetes poder pagar a nuestro famoso "watches, watches!" mi última adquisición (el día antes habíamos intentado hacer negocios, pero estaba rodeado de clientes chinos. Mira que es raro, chinos comprando en Emiratos relojes copiados en China).

En el cajero, dos paisanos indios consultaban el saldo de su cuenta. Muy discreto el cajero, a los pobres sólo les quedaban unos 1.200 Dirhams, se veía a varios metros de distancia.

Detrás de ellos, una mujer ataviada con el traje negro que sólo deja ver los ojos. La acompañaban varias hijas, todas vestidas igual, aunque con la cara descubierta, muy pequeñas. 12 años.

Cuando llegó su turno, me miró extrañada y me habló en árabe, porque ella colocaba la tarjeta de crédito en la ranura y no sucedía nada. Hice ver que tenía que empujarla hacia dentro, pero una de sus hijas lo hizo por ella.

Manipuló las opciones de la máquina, y de nuevo, se volvió hacia mi: "¿Hablas árabe?" en inglés.

Contesté que no. Entonces empezó a intentar decirme algo en inglés...: "cien... necesito.. quiero cien..." hasta que otra niña (o la misma) gritó en inglés, corrigiendo a su madre: "¡mil ochocientos!".

Entonces entendí que la mujer veía los números de las cantidades ofrecidas por el cajero, pero no entendía cómo conseguir otro número. Pensé que no sabía inglés, pero después me fijé que las opciones estaban también escritas en árabe.

Me dio mucha pena.

martes, 7 de septiembre de 2010

Ventajas e inconvenientes de venir a EAU durante el Ramadán

Voy a hacerlo sencillo, de forma práctica:

Inconvenientes:

  • Ya sabéis, esto es como El perro del Hortelano, "ni come ni deja comer".
  • Básicamente, no pueden verte comer mientras sea de día.
  • No te dejan beber alcohol en los hoteles de cinco estrellas mientras sea de día.
  • De noche, puedes beber sólo en los lugares cerrados, no en terrazas.
  • Sólo algunos restaurantes están abiertos por la noche, y casi ninguno a medio día.
  • Los hoteles se llenan de gente a la caída del Sol y es imposible aparcar.
  • No se pueden usar las piscinas al aire libre y otras instalaciones, normalmente ocupadas por grandes tiendas para el Iftar
Ventajas:

  • Menos tráfico por las mañanas
  • Menos gente en los restaurantes
  • Los hoteles están tirados de precio
  • Se termina antes de trabajar, y no le ponen muchas ganas
  • Te invitan a veces al Iftar....
  • Cuando termina hacen una fiesta de cuatro o cinco días
Eso sí, dos apreciaciones más: primero, cómo puede ser que hasta el último día no decidan qué día acaba el Ramadán. Se pone que está marcado por las fases lunares, y esas ya las definieron matemáticamente hace años. Segundo, joder, a ver si avanza un poco, porque hacerlo en estas fechas es un verdadero coñazo. ¡¡¡Cómo se echa de menos una cervecita fría a media tarde!!

sábado, 14 de agosto de 2010

Conducir en Grecia

Los primeros kilómetros al volante aquí fueron un poco caos, básicamente por ligeros problemas técnicos y por no entendernos muy bien con nuestro nuevo amigo TomTom.

Cuando la cosa se enderezó, descubrimos gratamente que el País dispone de autopistas que cruzan de lado a lado, aunque la que llega hasta Kalamata aún no está terminada y el último tramo nos devolvió a la realidad de hace unos pocos años aquí.

Son varias las cosas que destacan. La primera son las pequeñas casitas que colocan en los lugares que ha fallecido alguien en la carretera, con una vela dentro a modo de santuario. Las hay a cientos. Como mucho a cada kilómetro o dos kilómetros hay una. Da bastante mal rollo.


Pero claro, luego les ves conducir y vas entendiendo cosas. En general no es que circulen excesivamente rápido, pero claramente hay una parte de las normas de circulación que se toma de manera totalmente diferente a otros países: la doble línea continua no tiene ningún significado especial para ellos.

Cuando la carretera se estrecha y retuerce mientras escala pendientes, la doble línea es continua durante muchos  kilómetros. Pues aquí eso lo único que significa, por lo visto, es que el que circula delante algo más lento que el siguiente, tiene la obligación de prácticamente tirarse al arcén (incluso hemos visto caravanas que se paraban unos segundos cuando acumulaban muchos coches detrás). En cualquier caso, los más rápidos y decididos adelantan sin contemplaciones sobre la doble línea continua, en medio de una curva, incluso con otros coches viniendo de frente. Se ve continuamente.

Otra cosa a destacar son los moteros. Por supuesto en camiseta, pero el 95% de ellos, sea cual sea la moto que conduzcan, van sin casco. En autopista, carretera comarcal... da igual.

Es curioso de ver este comportamiento, aunque según parece están entre los primeros en Europa en número de accidentes.

La última cosa a destacar. Litro de gasolina super 95 (aquí no hay 98 octanos, sin o 100) = 1,53 euros. Toma ya.

lunes, 9 de agosto de 2010

La crisis griega

Más del 80% de los huéspedes del hotel son locales, griegos. Su lengua siempre me ha hecho mucho gracia. Suena como un castellano con las sílabas desordenadas.

Y eso me hace pensar qué tipo de gente será ésta que viene a este hotel, con la que esta cayendo en el país. La última vez que conseguí ver habitaciones libres en internet para los dos próximos meses una costaba 560 euros la noche y la otra más de 1.200 euros.

Los refrescos en el bar de la playa cuestan 4 euros, y ya os diré lo que valen los restaurantes. De momento nos hemos apañado ayer para cenar con un Gyros Pita clásico y hoy un bocata en la playa.


Lo que más se ven son parejas o matrimonios con niños. Supongo que aquí hay otra clase más alta, esa que veíamos desde el avión navegando de isla a isla en sus barcos privados.

Para que os hagáis una idea, las habitaciones de la planta baja de todos los edificios, además de su terraza privada con sus tumbonas de cojines blancos, tienen.... piscina privada. Exacto, una piscina por habitación. Hay docenas de piscinas privadas, aparte de las cuatro centrales del recinto.

Pero lo más impresionante es una especie de suites que son más bien un chalet privado, que aparte de su piscina, tienen su propia arena de playa en el recinto, con un acceso casi directo a la playa común.

Sí. El país está en crisis. Mañana nos hemos planteado salir a ver la realidad, más allá de la garita de seguridad de este sitio.

domingo, 8 de agosto de 2010

En Grecia con los Romanos

Está difícil llegar. Si bien los griegos han construido fantásticas autopistas que cruzan el país, algunas están sin terminar y se hace interminable el último tramo hasta la costa por puertos y carreteras en muy mal estado.

Según te vas acercando el paisaje cambia. Los olivos toman el terreno y el mar se vuelve de un color azul muy vivo.

Al final, el último desvío y una garita de seguridad privada marca la entrada a todo el recinto, que de momento comparten dos complejos hoteleros y un campo de Golf. El control de acceso es grande, pero mi nombre aparece en la "lista de invitados": "Conduzca un kilómetro alrededor del campo de golf, y en la rotonda a la derecha"

Las vistas son impresionantes, la montaña, el mar, el césped recién cortado, los árboles perfectos. Se ve bastante movimiento. La entrada del hotel es espectacular, varios coches de lujo están aparcados en los alrededores, entre ellos un Rolls Royce.

Nos cogen las maletas, nos dan un ticket, se llevan a aparcar el coche, nos dan otro ticket.

En la puerta, un mujer elegantemente vestida nos recibe llamándome por mi nombre, preguntándome por el vuelo. Al cruzar la puerta otra chica me ofrece una toalla húmeda. Recomienda que nos asomemos al mirador del hall de entrada. Es espectacular. Las piscinas y tumbonas del complejo son increíbles, y acaban justo en la playa y en el mar. Más bien, continúan allí.


Me reciben en un mostrador especial para socios oro y platino, y comienzan mis trámites. Me comunican que nos han hecho un upgrade a una suite. La cosa promete.

De repente, a mi espalda, se presenta el Director de Operaciones del hotel. Tras una animada charla con él en la que, como no, me felicita por las victorias futbolísticas españolas, me da su tarjeta y me pide que le llame ante cualquier problema.

Otra señorita nos acompaña hasta nuestra habitación. Pasamos por multitud de edificios, ninguno de más de tres alturas,  todos ellos conectados por puentes de madera.

Al fin llegamos a la habitación, bueno, al piso. Al final de un pequeño pasillo de entrada, está el salón. Dos zonas, una con una mesa redonda, armario con minibar y máquina Nepresso, que tiene cubierta una de las paredes con un mosaico blanco precioso. La otra parte de salón, con un gran sofá, está presidida por una impresionante pantalla de 50" y un Home Cinema con dos torres de altavoces a cada lado.

También tenemos una terraza con otra mesa y una chimenea, con vistas al mar y al campo de golf. Sin comentarios. El cuarto de baño "sólo" (ahora lo explico) tiene ducha y es unas dimensiones espectaculares. Tiene acceso desde la habitación y desde el pasillo de entrada.

Al igual que los armarios de la habitación, que se pueden abrir desde el cuarto de baño a su vez. El dormitorio tiene dos o tres grandes protagonistas. Una cama enorme, cuadrada, en el centro de la habitación, y una impresionante bañera jacuzzi a sus pies, justo delante de las ventanas que dan al mar. Sí, en el dormitorio. Sí, pegada a la ventana.

Multitud de botones controlan un sin fin de combinaciones de luz, las cortinas, las persianas, mosquiteras para poder dejar las ventanas abiertas... pero el colmo es la segunda pantalla de 50" en la habitación, a un lado del jacuzzi y que es "waterproof", además de tener el efecto ambilight, y que el agua de la bañera no caiga de ningún grifo al activarlo, si no que directamente lo haga por medio de tres chorros que se precipitan directamente desde el techo de la habitación. Espectacular. El colmo lo pone el que para encender el modo jacuzi la bañera no vale con tener algo de agua, si no que tiene que rebosar por fuera de la misma, en un segundo recipiente que la rodea.

En definitiva, sólo la habitación ya ha merecido la pena el viaje. Son diez días. Comentaremos la plaza, las cuatro piscinas, los restaurantes y los alrededores del complejo próximamente... prometo fotos.

viernes, 7 de mayo de 2010

Ventiseis horas de viaje de vuelta

El viaje de ida fue un espejismo. Ambos aviones nos dejaron destino con varias docenas de minutos de antelación, y la maleta apareció en su momento y sin ningún daño.

Después de una semana intensa, de esas de que al final te acuerdas de que el hotel tenía piscina, playa y spa, porque te lo dijeron cuando te registraste, ya que sólo lo has utilizado para dormir, y poco, nos plantamos con ganas de volver a casa en el aeropuerto.

Todo iba bien. Las instalaciones fantásticas. Lamentándonos del poco tiempo para disfrutarlas, subimos al avión.  La rutina de costumbre, una copa de vino, elegir el menú, y mientras se espera, se selecciona la película y se come con tranquilidad. Después de la película, una siestecita de rigor, camino de Frankfurt, nuestra escala a casa.

Como siempre, me despertó el mensaje de "Hemos comenzado nuestro descenso, abróchense el cinturón...". Ejecuté robotizado las órdenes, y según mi cabeza fue cobrando la consciencia, me percaté de que se me habíaa hecho demasiado corto. Miré el mapa del viaje en la pantalla y vi que... ¡¡¡¡Estábamos aterrizando en Estanbul!!!!

Pregunté qué estaba pasando, y me dijeron que un viajero había sufrido un ataque al corazón y debíamos parar de emergencia allí. La parada duró unas tres horas, en las que no salimos del avión. Por supuesto, sabíamos que íbamos a perder el enlace en Alemania, así que hicimos unas llamadas para conseguir plaza en un vuelo posterior. Sabíamos que Etihad no se iba a responsabilizar del retraso. Es algo que ya vivimos un par de años antes. Por cierto, el pasajero bien, lo vi salir del avión como si nada.

Llegamos a Frankfurt, y como manda la ley de Murphy, la puerta donde nos dejaron estaba a kilómetros de donde debíamos ir , con tren incluido de por medio, con lo perdimos incluso el vuelo que habíamos cambiado. Volvimos a reservar por teléfono para la mañana siguiente, y comenzamos la lucha por recuperar las maletas para pasar esa noche en el hotel del aeropuerto, que ya conocíamos.

Después de una hora, aparecieron las maletas, pero una de ellas seriamente dañada. Reclamaciones.

Cuando todo parecía ya fácil y yo me relamía pensando en el litro de cerveza alemana que me iba a meter de homenaje esa noche, el destino me dijo que no corriese tanto. Nos dieron habitación en la última planta, al fondo del pasillo de un edificio enorme. Mi puerta no abre con la llave electrónica. Probé docenas de veces. Nada. Dejé las maletas en la habitación de un compañero, y volví hacia atrás el largo camino a recepción. "La llave funciona perfectamente señor, ve, la meto en el ordenador y me da el OK. Le doy otra más, pero esta funciona". Vuelvo a subir, paseito y .... agua. Ninguna de las dos abre.

Cambio de habitación, por supuesto en la otra punta del hotel.

A la mañana siguiente, de nuevo sorpresas. No tengo billete, el resto si. La misma persona, el mismo email, pero yo no tenía billete. El tiempo corre, perderemos el avión. Compramos otro billete de emergencia para mi, a un precio de escándalo. Corremos hasta la puerta de embarque y.... 45 minutos de retraso.

Al final, hemos aterrizado hoy 26 horas después de haber despegado de Abu Dhabi. Y directo a la oficina.

Durante el proceso de esa mañana me entero de que la noche antes, para eso vuelo al que intentamos llegar corriendo, yo no tenía billete. Hubiese vivido una situación dura. Ellos subirían justos al avión y yo, me quedaría en tierra.

Pero aunque parezca mentira, lo peor de todo esto no fue la odisea en sí de volver, si no lo que me dijeron al llegar, hoy viernes:

Tienes billete a Emiratos para mañana sábado.

domingo, 25 de abril de 2010

Volando con Ryanair

Podríamos empezar con el tópico de que "lo barato sale caro al final", pero vamos a intentar hacer una descripción objetiva de los hechos y después daremos una opinión.

Para empezar, la facturación fue online, con la condición de que si no se realizaba así, se pagaría un recargo. Me  pregunto yo si el sueldo de la persona que está en su mostrador de facturación dependerá del número de viajeros que facturen allí, para ahorrar costes. Porque si ya tienen a alguien trabajando, que lo mismo dará que vayas tú o no, para ellos es el mismo coste.

Después pagas si facturas maleta. Lo mismo. Si el avión tiene la bodega sí o sí, quizás  la utilicen para transportar mercancías y sacarse unas pelillas con el viaje. Que no me extrañaría nada.

Como consecuencia de esto, todo el mundo intenta llevar como equipaje de mano todo lo que pilla, lo que hace que algunas maletas no pasen el control de medidas de la entrada, y al final sean facturas irremediablemente. €€€€ por todos lados.

La primera sorpresa fue al llegar a la puerta de embarque. Por la hora, ya debería estar abierta, pero allí no había nadie, ni tan siquiera público, y además, aparte del código y destino del vuelo, aparecía una mensaje de "Nueva puerta". En la pantalla general lo mismo, se supone que ésa era la nueva puerta, pero no había nadie. De repente, una muchedumbre ruidosa aparece por los pasillos de la terminal, y se agolpa a nuestras espaldas en una desordenada fila.

¡¡¡¡Un minuto!!!, un minuto después de que toda la marabunta llegase a la "Nueva puerta" procedente de una "antigua puerta", micrófono y pantalla anunciaban al unísono un nuevo cambio , seguido de numerosos improperios lanzados por el público que ya comenzaba de nuevo la carrera por la terminal. Porque claro, con Ryanair no hay asiento asignado, así que la gente lucha por colocarse primero, como en el autobús.

Cuál es mi sorpresa que  entre puerta y puerta, uno de los más madrugadores me dice que ese ya era el tercer o cuarto cambio de puerta de ese vuelo... Inexplicable, sobre todo cuando el último había durado unos escasos minutos como válido.

Cuando estábamos ya en una nueva cola de espera, vemos con asombro que el avión estaba llegando aún al finger, lo que significaba mínimo otros veinte minutos de retraso más, añadidos a los que llevábamos. Me pregunto si el avión también estuvo dando vueltas por la terminal de puerta en puerta...

Ya en el avión, durante el viaje, me sorprendió la azafata. Una mezcla entre Aída, la de Telecinco, y la Belén Esteban, estaba de cachondeo con los viajeros y me hizo plantearme ciertas dudas sobre sus habilidades en caso de emergencia (aunque sólo tenéis que ver a su jefe, el de las fotos)...

Pero sin duda lo peor del viaje y los más asombroso para un novato en estas lides, fue la megafonía. Aquello era como estar viajando encerrado en el estudio del Teletienda. Hubo anuncios sonoros y venta de cupones de lotería, cigarrillos sin humo, hamburguesas... los locutores describían las virtudes de los alimentos ofrecidos en la carta como vulgares relaciones públicas en la calle Huertas de Madrid, intentando convencerte para tomar una copa en su local.

Pero el colmo del trayecto fue el aterrizaje. Tan pronto como el avión tocó tierra (bien fuerte eso sí), un toque de corneta llamando al ataque de la caballería sobresaltó al pasaje, que no sabia si había aterrizado en un aeropuerto o había terminado su viaje en una atracción de las ferias de su pueblo.

Pero nos faltaba el desembarco. Nuestro destino, un aeropuerto pequeño en una isla, parecía ser que no esperaban nuestra llegada. En lugar de usar uno de los fingers libres, el piloto decidió aparcar lo más cerca de la valla del recinto posible, y a la vez alejado de la puerta de salida. Pero, en vez de tener una flota de vehículos esperando a que la aeronave parase los motores para descargar humanos y mercancía, allí no había nadie. Esperamos, esperamos y esperamos, y al final el piloto comunicó al pasaje que "parece ser que están muy ocupados aquí hoy y nos va a tocar esperar un poco". Unos 40 minutos calculo que tardó en llegar un autobús (el segundo algo más, claro).

En el viaje de vuelta solo añadir que cuando nos creíamos afortunados porque ya habían desplegado y acoplado el finger a nuestra llegada a Madrid, parece ser que la puerta no quiso abrirse (o que no aparcamos donde debíamos, dijo algún pasajero), y al final bajamos por la puerta de atrás de nuevo a un autobús.

Conclusiones:

Servicios ninguno. Ellos ponen lo básico, el avión y el combustible (de momento), el resto es de pago. Hoy decían que lo próximo que se espea es que el servicio funcionará con monedas. Y de nuevo, todo esto NO AHORRA COSTES, porque el baño requiere del mismo personal, sino que aumenta ingresos.

Última prioridad. En los aeropuertos son el último mono, y claro, los pasajeros más aún. Y ya sospecho que incluso son blanco de putadas, como esa de cambiarles de puerta tres o cuatro veces en media hora.

Compromiso cero. Tus planes deben ser muy flexibles para jugártela con empresas de este tipo. La probabilidad de que necesites modificarlos es bastante alta.

Barato, a veces. Más allá de la oferta de turno por un euro (más gastos y tasas) la diferencia es bastante poca, por no llegar a decir que te sale más caro, si valoramos lo que tienes que aguantar en comparación con otras líneas por precios equivalentes.

Y ahora sí. ¿Merece la pena? Pues oye, si te vas para un mes, consigues una oferta por unos míseros euros y tu nivel de relajación te permite aguantar viajar en una avión como si fueses en una excursión del colegio patrocinada por varios anuncios, pues sí. Pero si no, creo que yo no vuelvo a montar en un avión amarillo y azul.

lunes, 22 de marzo de 2010

Touch & Go

Según la Wikipedia  :

In aviation, a touch-and-go landing or circuit is a maneuver that is common when learning to fly a fixed-wing aircraft. It involves landing on a runway and taking off again without coming to a full stop. Usually the pilot then circles the airport in a defined pattern known as a circuit and repeats the maneuver. This allows many landings to be practiced in a short time.
 Así me siento yo hoy. Después de tres semanas discontinuas, pasando un fin de semana en casa, en Abu Dhabi,  hoy deciden que me tengo que volver a ir, mañana, pero esta vez para volver a Madrid el jueves.

Un trayecto de unas 12 horas de ida y otras tantas de vuelta, para una reunión de una mañana.

"Está dentro del sueldo" me dice alguien. ¿Del de quién? pregunto yo, porque se supone que yo soy ingeniero, y que me dedico a dar soporte al departamento comercial.

Pero bueno. De momento, es lo que hay. Todo sea por el bien común...

martes, 2 de marzo de 2010

El diluvio en el desierto.

Hoy he vivido una de esas situaciones que te las cuentan y no te las crees. Se ha puesto a caer un chaparrón en pleno Abu Dhabi.

Ya me habían dicho que los dos o tres días que llueve aquí lo hace con ganas, pero hasta hoy no lo había visto. En España no pasaría de ser más que un día lluvioso con rachas fuertes, pero aquí la cosa se convierte en un caos total.

No hay sistema de alcantarillado, por lo que todo el agua que cae no tiene a dónde ir, y se va acumulando en los puntos más bajos de las calles y autopistas. Ahí, en las autopistas, hemos llegado a ver curvas enteras ocultas por el agua y grandes piscinas en medio de los carriles.

La gente se acojona bastante e incluso circulan con las luces de emergencia encendidas para que nadie se los llueve por delante.

En cierto modo me recuerda a la situación de Madrid con la nieve. Cae un par de veces al año (éste más) pero no estamos nunca preparados para ello.... pues pensad que con la lluvia no vale echar toneladas de sal, así que....