martes, 29 de abril de 2008

La caída de un mito

Este País se cae a pedazos.

Los hoteles suben sus precios, el servicio de los restaurantes baja en picado, el tráfico está imposible, y lo peor que nos podía pasar, nuestro proveedor de relojes tiene problemas.

Asegura que le han cazado con las manos en la masa y no nos puede atender como antes. Nos cita a una hora concreta, y cuando le visitamos, nos dice que salgamos por puertas diferentes y nos encontremos en el parking. Allí, es necesario esconderse en un coche como si el negocio fuese de otro tipo, y la mercancía se muestra bajo una triste luz que no permite diferenciar las gangas de los pufos.

Están aprendiendo rápido aquí, dicen que van a poner impuestos.

Nos queda poco por ver, excepto algún garito interesante para después de cenar.

Pero cada vez menos ganas de volver...

No hay comentarios:

Publicar un comentario