martes, 15 de julio de 2008

El cielo es azul

Dos vuelos con KLM. El primero de Barcelona a Amsterdam, el segundo, desde la capital Holadesa a Abu Dhabi. EL primer vuelo cómodo, rápido, y a las diez de la mañana, por lo que a los españoles siempre nos sorprenderá que lo que nos ofrezcan de comer a esas horas sea un pollo al curri que pica como un demonio (plato también disponible en el segundo vuelo).

El aeropuerto de Amsterdam bien, un poco "largo" ya que es el típico formado por brazos que salen de un mismo cuerpo, y siempre te va a tocar una puerta de embarque que esté en un extremo de esos brazos (Ley de Murphy).

El avión que ahora mismo (cuando escribo, no cuando publico, volamos sobre algún lugar de Turquía) nos está llevando a los Emiratos es un Airbus 330-200 y no tiene Primera Clase, con lo que voy en el asiento 1A, vamos, casi pilotando el avión.

Todo es azul aquí dentro, las paredes, los asientos, los uniformes del personal de a bordo. El avión no tiene grandes lujos, pero una cosa me ha sorprendido de este vuelo: el sabor español que se respira.

Para empezar, la azafata que me está atendiendo, al ver mi apellido en la tarjeta de embarque, ha empezado a chapurrear español y a contarme que la próxima semana visita Sevilla. En la pantalla individual se pueden seleccionar películas dobladas al español (latinoamericano, eso sí; ahora mismo estoy terminando de ver El asesinato de Jesse James), en el menú se puede encontrar un vino del Bierzo, Gazpacho, quesadillas y empanada vegetal.

Lo importante, llegaremos puntuales, y espero que con maleta, que es lo que al final queda de un vuelo en avión.

Eso sí, ya estoy acostumbrado a que, sea la compañía que sea, por mucho que lo ponga en el menú, nunca queda pasta ni lasaña. Y eso que tengo el asiento 1A...

Actualización a la hora de publicarlo, 00:25 hora local: la maleta no llegó ¿sorprendidos?

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