jueves, 23 de octubre de 2008

Viaje sorpresa 2

El tren nos llevó a Versalles, justo a una calle de la entrada principal del Palacio. Allí me di cuenta de qué clase de ciudad es esa. Es impresionante ver esa cantidad de casas señoriales como la base del "pueblo", todas con sus techos altos, sus grandes espejos dorados y sus salones enormes. Parece que les obligan a mantener las ventanas originales, o al menos su aspecto antiguo, porque las calles parecen construidas todas por el mismo arquitecto.

Las avenidas son muchas e impresionantes, llenas de árboles, los cuáles se despojaban de sus ojas y, cada mañana, nos recibían con una alfombra de naturaleza que nos arrebataba una sonrisa por su belleza.

Pasamos por delante de la entrada del Palacio, lo rodeamos, y también lo hicimos con sus inmensos jardines, hasta que, al final del Boulevard de la Reina encontramos nuetro destino.

Teníamos habitación reservada en el Trianon Palace, una maravilla de edificio, aunque en realidad nosotros deberíamos dormir en el edificio anexo, en frente de él, que era donde las habitaciones más "asequibles" estaban construidas.

La recepción era un lugar precioso, oscuro y moderno, y una amable señorita se ofreció a acompañarnos anuestra habitación. Por el camino nos dio la maravillosa noticia de que nos habían hecho un "upgrade" (maravillosa palabra siempre que es oída cuando estás de viaje) y que nos íbamos a alojar en el propio edificio del palacio.

La habitación estaba en la planta alta, una auténtica buhardilla preciosa, con una pequeña ventana que daba a los jadines y desde la que veíamos parcialmente el propio Palacio de Versalles. Un lujo, cuyo precio, según rezaba en la propia puerta, se pagaba a 650 euros al día. ¡¡¡Benditos puntos!!!

1 comentario:

  1. maravillas de este mundo: tus puntos

    ¿cuántos viajes más tienes previstos?

    ;)


    mmmmuuuuaaaack

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