martes, 25 de diciembre de 2007

Viajar en coche

El otro día vine hasta Valladolid para pasar las ¿fiestas? con la familia. Me gusta conducir. (La frase ahora es propiedad de BMW, pero supongo que se podrá usar sin pagar derechos de autor ¿no?). Disfruto bastante conduciendo, siempre me ha gustado. No es igual conducir un coche que una moto, podría decir que en realidad no tienen mucho en común. Pero por las fechas que son, el coche era la opción (la niebla que no ha levantado desde que llegué ayer me ha confirmado la idoneidad de mi elección).

Para mi el coche sólo gana a la moto en comodidad, y se nota claramente en dos puntos: la calefacción y la música. El primero es indispensable para venir a Valladolid en diciembre, y el segundo es un vicio que tengo. Reconozco haber hecho ciertos experimentos, todos ellos ilegales, para escuchar música en la moto, pero ninguno me ha convencido con sus resultados.

Intentar escuchar una emisora de radio cuando viajas en coche puede ser algo desesperante, con interferencias, cambios de provincias, montañas, túneles. Además, las emisoras de música actuales sólo se pueden escuchar una vez al mes, si no quieres ser capaz de adivinar el orden de las canciones antes de que las pongan (de verdad, ¿habéis escuchado M-80 varios días seguidos? Deben de tener las canciones almacenadas en un reproductor MP3 de 12 megas... ¡¡yo creo que tienen 7 discos, y no enteros, sólo los singles!!).

Así que mi amigo Ipod ha sido un gran descubrimiento. Lo conecto al mechero del coche a través de un aparato que me compré en Abu Dhabi (también ilegal en España) que emite en FM, por lo que lo puedo sintonizar como una emisora más en la radio del coche. 8 Gygas de decencia musical, con un modo aleatorio bastante mejor DJ que muchos locutores de la radio.

El camino por carretera a Valladolid desde Madrid tiene varias alternativas:

  • La ruta super-divertida: Es en realidad la más corta en kms. Por Navacerrada hasta Segovia, y desde ahí a Valladolid. No recomendable a ciertas horas los fines de semana por la afluencia de domingueros de los que creen que van a derrapar en cada curva pronunciada, y llevan el coche a velocidades nunca antes alcanzadas por el ser humano. El tramo Segovia-Valladolid está siendo convertido en autovía, así que pierde parte de su encanto.
  • La ruta pago-luego-corro: A-6 por túnel y resto de trayecto de pago hasta Adanero. Continuación por autovía hasta Tordesillas, y desde allí más autovía hasta Valladolid. Ahora con sus radares correspondientes, y mucho mejor asfalto en la parte de pago que en la gratis ¿por qué será?
  • La ruta no-pago-pero-si-quiero-corro: Se abandona la A-6 en cuanto se huele la taquilla del peaje, se sube el Puerto de los Leones (nevado ayer, si tienes suerte con el tráfico, puedes hacer un par de curvas majas subiendo) y después se continúa por la antigua N-VI hasta las proximidades de Adanero, donde se coge la N-601. Este es el recorrido que hice ayer. A destacar San Rafael, donde algún día me compraré una mansión estilo El Orfanato, otros pocos pueblos que se traviesan por la zona, y sobretodo, una recta de 15 Kms. entre Adanero y Olmedo. De ahí el título de esta ruta.
  • Combinaciones de las dos últimas. En cualquier momento se puede pasar de la de pago a la gratis, según necesidades de tiempo, tráfico y problemas monetarios.
En resumen, un trayecto cómodo, variado según tus propios deseos, y que de haberlo hecho tantas veces en mi vida desde que me convertí en "residente-en-Madrid", ayer estaba seguro de poder hacerlo de noche con las luces apagadas (no, no lo intenté).

Jamás olvidaré la primera vez que lo hice conduciendo. Acaba de estrenar mi flamante Honda CB500. Me lancé a la carretera con toda mi ilusión y... nevando. Cuando aún me faltaban 70 kms. para llegar a Valladolid, mientras me llamaba a mí mismo todo los insultos conocidos en nuestra lengua, y me juraba que vendía la moto a la vuelta, me crucé con otro motero. Mal de muchos consuelo de tontos. Sacó su mano izquierda y me lanzó unas "V's" que llegaron muy adentro.

Esa moto me acompañó muchos fines de semana por frías tierras castellanas. Y mira ahora, un señorito con música y calefacción.

Que mayor estoy.


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