sábado, 8 de diciembre de 2007

Hemos vuelto a "Espania"


Después de ésta, la primera semana retransmitida online en Emiratos, tengo que decir que probablemente ha sido el viaje más tranquilo de cuántos he hecho este año. Alguno dirá "pero si te han perdido la maleta", cierto, pero si por algo existe este blog es por las veces que eso pasa en mis desplazamientos a la península arábiga, así que no es algo que pueda considerarse excepcional.

Ayer, después de dejar el hotel a media mañana (...a destacar los desayunos. Para mí uno de los mejores inventos es el buffet para desayunar. Para comer o cenar no me gusta tanto, la comodidad de la composición hecha por el experto en el plato no tiene precio, pero el desayuno es fantástico. Reconozco que sólo desayuno cuando voy de viaje... la vagancia y la pereza me tienen dominado, y no digamos por la mañanas), cogimos nuestro guarri-coche de alquiler y nos dirigimos al aeropuerto.

Sobre el coche habría que comentar algo. Primero, los coches de Avis en Abu Dhabi los deben de reciclar de los que los americanos ya no se atreven a conducir, porque tienen kilómetros para aburrir. Segundo, que parece difícil mantener el coche limpio en ese país, porque suelen venir ya con un dedo de porquería acumulado, por dentro y por fuera. Y por último, las especiales características de los coches made in/for USA. Trasatlánticos que se escoran en las curvas, que tienen una amortiguación de dureza -3 (ambos parámetros unidos provocan que el pasar por una banda sonora a la increíble velocidad de 12 km/h haga rozar los bajos del coche), y el asombroso y, en España, subestimado, cambio automático (<---es irónico, ese invento es para vagos. Solo pensar que en los semáforos hay que estar con el freno pisado continuamente...).

Pero tengo que reconocer que me lo paso bastante bien con estos coches conduciendo allí... sólo os diré que ese efecto que sale en las películas americanas por el cual todos los coches chirrían sus ruedas en cada curva, es real, pasa... con mucha facilidad.

Devolvimos la máquina a su legítimo dueño, no sin antes prometernos que para el siguiente viaje cambiaríamos de empresa de alquiler, e hicimos los trámites necesarios para coger el avión. A saber: facturación y obtención de tarjeta de embarque (en este caso sólo nos dieron la del primer trayecto), pasar por inmigración (debería llamarse "emigración", porque te estás yendo, pero aquí se controla todo, no sea que te estés llevando petróleo en los bolsillos) y localización de la sala vip correspondiente.

El paso por "emigración" es un de las experiencias más emocionantes de estos viajes. Para empezar, suelen colocar en la ventanilla a un elemento que está seguro de que el que no sabe inglés eres tú. El colmo fue en el penúltimo viaje, cuando el individuo en cuestión, aparte de su peculiar acento y uso de la fonética anglosajona, tenía un corrector dental. Reconocí humildemente que jamás había estudiado inglés para poder salir de allí.

Otro momento único es cuando escrudiñan tu foto en busca del parecido con el careto real y físico que tú les presentas. Ahí la colección de muecas y gestos del representante de la autoridad es bastante amplia.

Después suelen producirse esos comentarios típicos cuando alguien sabe de nuestra nacionalidad: "¡¡Espania!!" "No, España" "¡¡Espania!!" "Lo que tú digas, que eres el único que manda aquí" "Raúl" "Efectivamente, la mayor parte de los Raúl viven en Espania"... etc.

El último episodio que se suele dar en esta parte final del viaje me lo he perdido siempre, por tener la desgracia de haber renovado mi pasaporte recientemente. Mis compañeros son protagonistas a menudo de situaciones como las que os cuento. En EAU se habla el árabe, pero también es oficial o aceptado el inglés. Pero, los locales (así les gusta que les llamen) acostumbran a leer y escribir en árabe. Parece lógico, pero si eres el agente de aduanas o inmigración y te dan textos en inglés, pero tu aplicación informática solo maneja alifato (ahí me he tirado el rollo, buscando en la Wiki), suelen producirse errores de transcripción.

Eso desemboca en que no encuentren tus datos de entrada en el país cuando te dispones a abandonarlo. Y si no has entrado, no puedes salir. En ocasiones te informan de que entraste hace varios meses y aún no has salido. Y claro, el visado es sólo de 30 días... os podéis imaginar la situación. Sobretodo si te llevan a un cuartito y los que te interrogan no saben inglés...

Pero bueno, se lo pasan bien poniendo nerviosos a los que queremos volver a casita. Pero, como os digo, yo tengo pasaporte electrónico y el ordenador se encarga de buscarme el solito.

El resto del día, bebiendo y comiendo todo el día, así son los viajes en business class... eso sí, me tomé un whisky de 12 añitos en el avión, para celebrar mi primer cumpleaños en tres países (EAU, Bélgica y España) de mi vida.

Joder, si hubiese coincidido en el avión con Melendi le hubiese invitado a algo, pobre chico.

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