viernes, 14 de diciembre de 2007

Ciudades para volar



¿Os habéis parado a pensar lo complejos que son los aeropuertos?

Tienen varias partes, bajo mi punto de vista.

Primero está la pública, aquella a la que todo el mundo tiene acceso, la que está llena de familiares que no vuelan, que lloran mucho; la que está llena de gente buscando puertas, accesos, terminales, mostradores, ventanillas de atención al cliente... todo ello sin mirar ni una sola vez las pantallas informativas ni los carteles indicativos (lo siento, la gente es muy vaga. A mí siempre me ha parecido que la cosas están bien indicadas, por norma general, excepto en Frankfurt, claro está).

También aquello está lleno de gente con uniforme de aerolínea, tíos con una máquina que convierte las maletas en embutidos del tamaño de una persona (sí sí, unas que forran las maletas con una especie de plástico transparente dándolas vueltas y vueltas, que ya me imagino yo lo que se tiene que tardar luego en recuperar unos simples calzoncillos de ahí dentro), y de más gente que ofrece información.

Además hay un montón de tiendas, cafeterías, bares... vamos, toda una calle comercial del centro de la ciudad.

Más allá del arco de seguridad por el que sólo pasamos unos pocos desde la zona pública (si en la carretera hay domingueros, que sólo sacan el coche para viajar y no están acostumbrados al frenesí del desplazamiento motorizado diario, en el arco de seguridad también nos sufrimos unos a otros, los turistas y los que viajamos por trabajo... alguno me entenderá), todo es un mundo diferente (¿habrá gente que nunca ha estado al otro lado?).

Todo está organizado, la gente hace colas en las puertas de embarque, las tiendas están menos saturadas, los bares son autoservicio y los cuartos de baño se limpian a menudo. Normal, los que estamos ahí hemos pagado, y mucho, por entrar.

Existe un submundo dedicado a los que más pagan, las salas Vip, pero de nuevo, es un capítulo dedicado, aparte, que escribiré otro día.

¿Vais llevando la cuenta de la cantidad de gente que trabaja y circula por estos lugares?

Un tercer espacio, es el más espectacular. El mundo exterior, pero a la vez el prohibido, el más exclusivo. A los mortales, incluso a los que pagamos sumas de dinero astronómicas por estos servicios (o alguien en nuestro nombre, jeje), sólo nos dejan tocarlo con nuestros pies en contadas ocasiones. Momentos de fortuna en los que, en lugar de transportarte directamente desde la zona anterior al avión a través de un tubo que te impide tocar el suelo deseado, te hacen bajar por una escalerita para conducirte en un autobús a tu aeronave. Es ahí, por unos instantes, cuando tienes la suerte de sentirte dentro de ese universo extraño, con gente extraña, y objetos extraños.

En ese mundo la gente viste raro, casi todos llevan las orejas tapadas, como si la temperatura fuese muy baja, o como si no quisiesen oírse los unos a los otros. De hecho, se hacen señas con los brazos muy a menudo... Conducen vehículos muy raros, que no se ven en otro lugar, que no sabemos si son Renault, Audi o Mercedes... ni los caballos que tienen.

Hay cosas parecidas a nuestro mundo. Hay carriles pintados, flechas, direcciones. Aunque todo sea de asfalto, sólo se puede circular por algunos sitios... Incluso dicen que también hay Guardia Civil y que pone multas...

Estoy seguro de que esa gente tiene algún rasgo mutante, que no duermen como nosotros y que seguro que su mecanismo de alimentación nos parecería repugnante... como en las películas futuristas... son una especie diferente a nosotros...seguro. Yo suelo mirarles desde la ventana del avión, y antes, desde la terminal acristalada.... ¿Para que tiene tantos cristales si no? Para mostrarte un mundo del que nunca formarás parte. Como una pecera llena de peces que nadan y respiran bajo el agua, diferentes a ti...

Pero no creáis que hemos terminado. NO: Queda la parte más salvaje, donde, si en el anteriormente descrito lugar habitaban unos seres superiores, con un mundo reservado a ellos exclusivamente, en este úlyimo lugar se esconden individuos rudos, crueles, que no dudan en enfrentarse entre ellos por unos bienes ínfimos, que tienen fama de aprovechados con los indefensos, que forman un ejército blanco, de blancos caparazones donde viven (los puedes ver siempre dentro de su caparazón, horas y horas, día y noche)... Es un mundo al que algunos penitentes han sido desterrados, y marcados con un chaleco amarillo, obligados a relacionarse con los peligrosos habitantes de ese infierno blanco.

La mayor parte de las veces te ves obligado a atravesar su mundo, y a entablar relación con alguno de ellos. La situación es impredecible, la tensión se masca en el ambiente en los instantes iniciales, cuando te acercas a ellos. Peligran los penitentes del chaleco amarillo, no se entienden bien con los guerreros blancos... pero normalmente uno de ellos accede a cobijarte en su caparazón y llevarte a casa.

La parada de taxis es el sitio más surrealista del aeropuerto...

Pero dicen que hay más, que probablemente nunca los veremos, otros mundos oscuros, subterráneos, de criaturas que viven sin ver la luz, y que por lo visto se dedican a sacar cosas de valor de las maletas y apropiárselas para ellos mismos y sus semejantes... una leyenda quizás.

Se me ponen los pelos de punta sólo de imaginármelos... ¿tendrán ojos o vivirán en la completa oscuridad?



Por cierto, mañana no hagáis ruido al levantaros, que yo no madrugo.

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