viernes, 17 de septiembre de 2010

Historia en el cajero

Ayer viví una situación insólita. Me acerqué a un cajero automático para sacar unos billetes poder pagar a nuestro famoso "watches, watches!" mi última adquisición (el día antes habíamos intentado hacer negocios, pero estaba rodeado de clientes chinos. Mira que es raro, chinos comprando en Emiratos relojes copiados en China).

En el cajero, dos paisanos indios consultaban el saldo de su cuenta. Muy discreto el cajero, a los pobres sólo les quedaban unos 1.200 Dirhams, se veía a varios metros de distancia.

Detrás de ellos, una mujer ataviada con el traje negro que sólo deja ver los ojos. La acompañaban varias hijas, todas vestidas igual, aunque con la cara descubierta, muy pequeñas. 12 años.

Cuando llegó su turno, me miró extrañada y me habló en árabe, porque ella colocaba la tarjeta de crédito en la ranura y no sucedía nada. Hice ver que tenía que empujarla hacia dentro, pero una de sus hijas lo hizo por ella.

Manipuló las opciones de la máquina, y de nuevo, se volvió hacia mi: "¿Hablas árabe?" en inglés.

Contesté que no. Entonces empezó a intentar decirme algo en inglés...: "cien... necesito.. quiero cien..." hasta que otra niña (o la misma) gritó en inglés, corrigiendo a su madre: "¡mil ochocientos!".

Entonces entendí que la mujer veía los números de las cantidades ofrecidas por el cajero, pero no entendía cómo conseguir otro número. Pensé que no sabía inglés, pero después me fijé que las opciones estaban también escritas en árabe.

Me dio mucha pena.

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