martes, 26 de mayo de 2009

De vuelta al desierto

Después de unos diez meses sin venir por aquí, ayer aterricé de nuevo en estas lejanas tierras.

Recuperé esos viajes placenteros aunque largos, en la clase business, viendo una película a selección y degustando mejor comida que en muchos restaurantes.

Al salir de allí, comenzaron los cambios. En primer lugar el aeropuerto de Abu Dhabi, con su nueva terminal, y donde nos hicieron entregar un formulario donde contestábamos a diversas preguntas sobre la Gripe A, H o como se llame, entre ellas, si habíamos visitado España en los últimos días. En la salida, una maquinita de esas que decide si tienes fiebre o no... La nueva terminal, muy bonita, pero a lo largo, estilo T4, o sea, paseo asegurado.

Después, los trámites para el coche de alquiler. Probablemente la mejor imagen del retraso tecnológico de este País. Media hora de reloj para que el dependiente de turno rellene todos sus papeles y te de el coche que previamente has reservado. Y eso con ordenador....

El coche una maravilla, del estilo local, un Chevrolet Caprice, un modelo que sólo se vende por aquí, de color blanco como mandan los cánones y un motor enorme.

Todo un aliciente para levar el viaje, a no ser porque cuando entré en la ciudad me choqué con la cruda realidad. Al caos circulatorio de costumbre de aquí, hubo que sumar que el gobierno ha decidido hacer túneles o  parking subterráneos, y han cortado calles enteras de ocho carriles, cambiado el sentido de circulación de otras, eliminado rotondas y bloqueado los giros desde el sentido contrario. ¡Cuando aquí se podía hacer cambio de sentido en cualquier semáforo! Total, una hora desde que llegué al hotel, conseguí encontrar la nueva entrada, y localicé aparcamiento deslizándome por milímetros con mi trasatlántico entre los coches aparcados de cualquier manera.

Un par de cervecitas de medio litro y una hamburguesa sirvieron para aliviar el disgusto.

Después me esperaba otra. En principio iba a estar aquí sólo de martes a viernes, pero al final tuve que ampliar de lunes a lunes. El hotel ya estaba reservado con una tarifa que no admitía cambios, así que hice otras dos reservas, una para ayer, y otra para el final de la semana. Tarifas diferentes, habitaciones diferentes, por lo tanto a cambiar de habitación de una reserva a la otra.... alegría.

1 comentario:

  1. jajaja porque se que estas en donde estás si no... parece que estas en PEru... el mismo caos hemos vivido nosotros allí, eso si, sin ordenadores y sin buen coche....

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