viernes, 17 de abril de 2015

Brasil

Hola. Soy yo. Vuelvo por aquí después de mucho tiempo.

La vida me ha vuelto a montar en un avión regularmente, y hoy sentí que tenía que recuperar este tablero.

Estoy en Brasil, por primera vez en mi vida. Viaje de trabajo, con poca libertad para moverme por los compromisos laborales.

Estoy en la playa de Leblón. No tiene el nombre de Copacabana ni Ipanmea, pero en realidad es la continuación de esta última.

Estoy aquí en días laborables, por lo que no vivo la masificación del fin de semana.

La playa es maravillosa. Es impresionante como desde las seis de la mañana, cuando amanece, hasta pasadas las once de la noche, el paseo está plagado de gente haciendo deporte: corriendo, bicicleta, haciendo musculación en los aparatos de uso público, fúbol, futboley .... y todas sus variantes.

Cuando llegué solicité el traslado del aeropuerto al hotel directamente con este último, y el conductor me cayó tan bien que le pedí que me llevase todos los días a trabajar (más de 25 kilómetros por trayecto).

Es un guitarrista de Jazz, que toca en hoteles por las noches. Un hombre de mundo, con estudios universitarios, que ha vivido en USA y sueña con pisar Europa. A pesar de que él habla inglés, acordamos intentar entendernos cada uno en su idioma: esa es la esencia de un viaje; tratar con los lugareños en su terreno.

Y con este hombre lo he conseguido. Nos hemos contado nuestras vidas, yo le he halado de otros países que he visto, el me ha contado que una vez fue andando con una novia desde Río hasta Sao Paulo, siempre por la playa, parando cada noche un hotel...

Esta es la experiencia. Esto es un viaje. Luego están las fotos.


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