Hacía mucho que no escribía aquí, y la razón es evidente. Excepto algún viaje suelto a París, corto y sin mucho aliciente, mis salidas al extranjero han ido bajando al ritmo precio del crudo o de la confianza del consumidor en la economía mundial.
Hace muchos meses que no piso las cálidas arenas de la península arábiga, y se hecha de menos. Me gusta mucho viajar, y esa sensación de estar lejos de todo (sobre todo de lo malo, fundamentalmente), esa desconexión y la mezcla con gentes totalmente diferentes a ti, se echa de menos.
En lugar de esos viajes tan espectaculares, he hecho mucho internos de la península. He cruzado la mitad norte del País, en coche y en tren (en moto en cuanto haga bueno). Y no ha estado nada mal, Cantabria, Asturias, Cataluña...
Del tren sigo disfrutando muchísimo, la comodidad, la libertad de movimiento, los paisajes diferentes a los que se ven por la carretera, sin cruzar pueblos, sin ver tráfico... como si fueses con un todoterreno campo a través.
Del coche aprovecho la libertad de horarios, el acompañamiento de la música, escoger la ruta, la velocidad, ...
En definitiva, he bajado en cuanto a horas de vuelo medias al mes pero he mantenido mi dosis de escapada para cambio de aires, y eso me sienta pero que muy bien.
Pero vamos, en breve echaremos a volar de nuevo, lo intuyo.
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