Hoy he vuelto a Versalles. Estamos alojados en un hotel en Velizy, y a la hora de salir a cenar se ha propuesto venir a Versalles. Yo encantado.
Gracias al amigo Tom Tom hemos llegado sin problemas, y después de aparcar en pleno centro, al lado de una de las principales avenidas de esta "pequeña" ciudad, hemos paseado hasta la plaza de Notre Dame, y allí hemos entrado a cenar en un sitio muy curioso.
Se llamaba el perro que fuma, y en realidad paree un bar clásico, todo de madera por dentro, que ha sido aprovechado como restaurante.
Eso sí, la comida fantástica y mi estudio de la Creme Boulé tiene un nuevo capítulo para cuando lo escriba (son un estudioso de la Creme Boulé, la ensalada caprese y el tiramisú por diferente restaurantes del mundo; algún día lo contaré)
Sabes, te había leido antes pero no te relacionaba con tus otros blogs.
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