Este post se lo tienen bien merecido, porque no se pueden hacer las cosas peor.
Esto era un día, domingo para ser más exacto, en el que tres compañeros de trabajo volaban hacia Abu Dhabi, y para ello, a las 19:45 debían haber despegado con Iberia para hacer escala en Munich y coger otro avión de Etihad.
Se intentó reservar en clase Business, como de costumbre, pero dicho primer trayecto con la compañía española sólo tenía plazas para uno de ellos, así que los otros dos reservaron en turista sin problemas.
Resultó ser uno de esos días en los que Iberia no sale a tiempo, por lo que cuando subieron al avión ya sabían que tendrían problemas con el enlace en Alemania. Primera sorpresa fue el ver que sólo había una fila de business en el avión, ya que habían desplazado la cortinilla para que entrase más gente en turista, que por lo visto iba a la Oktoberfest.
Una vez cerradas las puertas del avión, el piloto les comunica que habían perdido el turno que les habían asignado, y que ahora les daban uno para las.... ¡¡¡22:30!!!, pero que iban a tratar de solucionarlo. El vuelo Munich-Abu Dhabi despegaba a las 23:15. Fue entonces cuando uno de los otros tres pasajeros de Business comunica que él también va a Abu Dhabi, pero que antes de perder un día por culpa de Iberia fuera de casa, prefiere bajarse del avión e ir mañana. Se lo conceden.
Al final despegamos a las 21:30 sin ninguna esperanza por coger el siguiente avión, pero con la ilusión de volver a visita la ciudad alemana de la cerveza en plena fiesta, y terminar el trayecto 24 horas después de lo previsto.
Durante el vuelo, una azafata con la boca muy grande empieza a contar la historia del día. Que habían acumulado retrasos ya desde Bilbao, de donde venían, porque allí al sacar el avión del parking una luz con un problema mecánico les había hecho volver.... ¿Este mismo avión en el que ya estamos volando? ¡Gracias por la información! No solo eso, si no que al llegar a Madrid, la compañía le había ofrecido al piloto cambiar de avión debido a dicho problema, pero que él había rehusado para "no acumular más retraso".
Fantástico, tarde y en un avión que da problemas.
Nos informa de que han llamado a tierra y se encargan ellos de buscarnos un hotel para esa noche y reservar para el día siguiente. Extraño, porque la mayor parte de las veces que hacemos este viaje, entre las dos compañías aéreas no se ponen de acuerdo y declaran viajes separados, por lo que la primera no se responsabiliza si pierdes el segundo vuelo por retraso.
Llegamos sanos y salvos pensando ya en la Weissbier de mañana, cuando nos llaman por megafonía para presentarnos en el mostrador de Iberia. Nos entregan el bono del hotel y el viaje del día siguiente. ¡¡¡A las nueve de la mañana por Ginebra!!! Iberia nos había hecho perder un avión, y nos mandaba a otro país para coger otro avión diferente.
Nos dicen que un autobús nos llevará y traerá del hotel. El autobús termina siendo una furgoneta con un hombre que no habla ni papa de inglés, que nos conduce durante más de media hora por los campos alemanes entre la niebla, a velocidades de autobahn, para dejarnos en un hotel en medio de un polígono industrial con las paredes de gottelé.
Dadas las horas, no había restaurante, así que cerveza y pizza en el bar del hotel, muy a pesar de su antipática camarera. También nos dicen que no hay bus a las siete y media como pedimos, si no a las siete, pero que solo caben dos personas.... reservamos taxi.
Oh sorpresa, la misma furgoneta hace de ambas cosas, aparece como taxista y se lleva sus 35 euros por el viaje.
Nos plantamos en la terminal de salida del vuelo, y después de intentarlo con las maquinitas, nos indican debemos ir a Iberia, en la otra terminal, para que nos de el billete, y después volver a facturar donde nos encontramos ahora. Corre que te corre, lo conseguimos.
Pero de nuevo, sorpresa. El vuelo del día anterior que perdimos estaba pagado en business, pero ahora nos meten en turista de camino a Ginebra. Bueno, es un avión pequeño, nos han cambiado tarde....
Llegamos a Ginebra. Allí nos espera un empleado de Etihad a pie de avión con un cartel con nuestros nombres... bueno, el de casi todos. Da igual, nos monta en la furgoneta y nos lleva a un lugar secreto donde pasan el control de seguridad las tripulaciones, el avión nos espera. Habla español. Nos comunica la siguiente sorpresa. Iberia también nos ha reservado en turista el vuelo de 7 horas. Nos dice que está llamando a Iberia en Ginebra y en Munich y nadie responde.
Lo intenta por todos los medios antes de que subamos al avión, pero no hay manera. Es Iberia quien paga este billete y si no lo cambian, iremos en turista, a pesar de haber pagado Business. Pero cuando ya estábamos subiendo al avión, en el mismísimo finger, nos dice que su jefe de Etihad ha decidido pasarnos a todos a Business. Por la ventana vemos como nuestras maletas son embarcadas sin problemas en el avión, y por supuesto, el trayecto es excelente, de primera.
Una vez más. Iberia defrauda, casi se podría decir que estafa, y Etihad cumple, con creces.