martes, 29 de abril de 2008

La caída de un mito

Este País se cae a pedazos.

Los hoteles suben sus precios, el servicio de los restaurantes baja en picado, el tráfico está imposible, y lo peor que nos podía pasar, nuestro proveedor de relojes tiene problemas.

Asegura que le han cazado con las manos en la masa y no nos puede atender como antes. Nos cita a una hora concreta, y cuando le visitamos, nos dice que salgamos por puertas diferentes y nos encontremos en el parking. Allí, es necesario esconderse en un coche como si el negocio fuese de otro tipo, y la mercancía se muestra bajo una triste luz que no permite diferenciar las gangas de los pufos.

Están aprendiendo rápido aquí, dicen que van a poner impuestos.

Nos queda poco por ver, excepto algún garito interesante para después de cenar.

Pero cada vez menos ganas de volver...

domingo, 27 de abril de 2008

No Vacancy

Impresionante como está esto de gente. Temporada alta, supongo. 25 grados de noche y 35 de día.

Nos costó encontrar habitación, nos costó encontrar billete de avión y nos ha costado encontrar sitio donde aparcar el coche. Nunca habíamos visto la ciudad así.

El viaje ha estado bien, disfrutando de Qatar Airways, a pesar de que nos han dedicado una sesión de luces de discoteca en el trayecto entre Doha y Abu Dhabi.

En la aduana, en lugar de preguntarme por el Real Madrid como de costumbre, me han preguntado si tenía residencia en Emiratos, ante las complicaciones para ponerme nuevos sellos en el pasaporte.

Y mientras esperaba mi maleta, un anciano americano me ha preguntado si podía ayudarle. Ante mi cara de asombro, ha comenzado a abrirse la camisa mientras me explicaba que estaba operado del corazón (me ha enseñado su cicatriz en medio de la recogida de equipajes del aeropuerto) y que no iba a poder cargar con sus dos maletas.

Amablemente le he presentado a los porteadores que estarían encantados de destrozarse la espalda a su servicio, y ha entablado una interesante conversación con el porteador: "No tengo dinero, mi hijo está fuera y te podrá dar algo. ¿Te gusta el dólar? Quieres dólares ¿eh?"

En fin, van por todo el mundo presumiendo de sus dólares. Tentado he estado de intervenir con un "Por cada dos dólares te doy un euro" pero me he contenido.

Bueno, que empezamos con buenas noticias, la reunión mañana es a las once, por lo que pasaremos por la playa después del desayuno. Es la única hora a la que se soporta aquí al Lorenzo con turbante.

sábado, 26 de abril de 2008

Barcelona - Toledo - Abu Dhabi

No, no es un paquete turístico por las diferentes culturas actuales, son y serán mis tres destinos en menos de una semana.

El fin de semana pasado me lancé carretera arriba (o abajo según se mire) con mi Mini y una Miss venezolana, y nos fuimos a vivir la noche catalana con otro par de locas que allí nos esperaban. El viaje de ida fue fantástico. Aparte de mi acompañante, que había conocido en persona un minuto antes, de la granizada que caía en Madrid cuando la recogí, de las tormentas que nos acompañaron por el camino y de la fantástica carretera hasta allí, nuestros respectivos Ipods nos hicieron disfrutar de las cinco o seis horas que dedicamos a la travesía, descubriéndonos mutuamente nuevas obras de arte.

La vuelta, que hice yo solo, fue algo más aburrida, aunque el Ipod volvió a dar todo de sí. También contribuyó que era tarde, y estaba cansado de la actividad socio - festiva de la ciudad condal.

Me impresionó el despliegue de algunas estaciones de servicio, en concreto una en la AP-2 unos 40 kms antes de Zaragoza sentido Madrid. Tenían construido un puente cubierto sobre la autopista para que los que parábamos en el sentido contrario a donde se encontraba el restaurante, accediésemos sin problemas...

A Toledo fui el jueves por la tarde. La empresa organizaba una reunión anual en esa ciudad durante dos días, y los cuatro locos de turno, en lugar de coger el maravilloso autobús que se facilitó para la asistencia al evento, pactamos una ruta alternativa por carreteras secundarias Google Maps mediante, y medimos nuestras monturas al nuevo mostrenco-barco_mercante-misil_balístico que el señor director De Marketing había adquirido recientemente.

Llegamos tarde, pero contentos.

La vuelta la hicimos al día siguiente por autovía, y la verdad es que aparte de aburrido, era bastante más corto. Como anécdota, que no podía faltar en mi caso, diré que el mínimo equipaje que preparé para la ocasión, una bolsa de deporte con lo básico, la entregué a mi jefe para que la transportase en el autobús y me la devolviese a la llegada, pero no la recogió a tiempo de la bodega del mismo, y el "señorconductornoseríe" tiró millas hacia la nave donde aparcar el cacharro con mi bolsa en sus entrañas. Así que me tocó perseguirlo después por el polígono como si de la GC se tratase...

Y para cerrar la turné de la semana, mañana vuelvo a ver a mis amigos de Qatar Airways y a su famosa terminal de Doha con Jacuzzi y Spa, que esta vez intentaré disfrutar, ya que tenemos una hora y media de relajante espera entre aviones... volvemos el jueves, sí, día del trabajador, pero con un aliciente que seguro me dará nuevas anécdotas y referencias para otras cuantas historias: Billete en Primera (no en business, en primera).


Me voy a comprar uno de estos para carretera y aire

lunes, 7 de abril de 2008

Anecdotario parisino

Mis compañeros de viaje me han destacado el que no haya contado ciertas cosas de la travesía, que son muy indicadas para ser contadas en este lugar. Anécdotas que se llaman, así que voy a proceder a narrar algunas de ellas, sin un orden especial, y sin mucha conexión, a modo de resumen de lo que puede ser un viaje de estos.

El viaje comenzó con los típicos inconvenientes que nuestro amigo Fran sufrió en sus carnes, como son los derivados del paso por el control de seguridad, en el que entre desnudarse, deshacerse de sus líquidos sospechosos, y volverse a vestir, dedicó un tiempo precioso.

Ya en el avión, se invirtieron los papeles. Estábamos sentados al fondo del avión, ellos dos en la misma fila y yo en la anterior. Debatíamos sobres las cualidades de nuestros Ipod's (vale el tuyo es más gordo pero el mío gusta más; sí, el Ipod) cuando una azafata se acercó a nosotros interesándose por nuestros cacharritos, y acabó cogiéndome el mío y diciendo:" Vamos a ver que tienes por aquí, uy, no está mal". No es habitual que sea la azafata, sobre todo si está de buen ver, la que se acerque a los pasajeros para hablar de frivolidades, pero esta en concreto parecía bastante extrovertida. La mejor escena fue cuando se acercó ofreciendo periódicos deportivos, y a la pregunta de "As o Marca" a uno de mis acompañantes (omitiré su nombre para evitar suspicacias conyugales) y su consiguiente cara de duda, no dudó en enseñarle descaradamente la última página del As. En ella aparece la "Chica del As" enseñando todo su poderío. Ante la decisión clara y meridiana de mi compañero de coger el As después de tal ofrecimiento, las risas de ella y los otros dos que contemplamos la escena fueron mayúsculas: "Cómo te lo ha vendido chaval".

Durante el resto del viaje continuamos "charlando" con nuestra azafata. Como ejemplo, no me preguntéis como sé que ella iba a salir a correr por París los dos próximos días...

El tema del coche también dio de qué hablar. Nos dieron una fregoneta de cuidado. Fran se montó detrás y se abrochó el cinturón diciendo: "Vamos a ver si tu fama es cierta, José". Indignado ante semejante falta de respeto, salió con toda su determinación de la plaza de parking, pero sólo conseguimos avanzar un metro y veinte centímetros sin que se le calase el coche. Sin comentarios.

El coche estaba dotado, según nuestra petición, con un práctico GPS imprescindible en grandes ciudades extranjeras. Facilita mucho el trabajo, y sin él estaríamos perdidos. Aún así, nos perdimos alguna vez, pero él mismo nos sacó del aprieto. Lo mejor fue cuando, aburridos el último día en un atasco camino del aeropuerto, decidimos rebautizar la carretera de circunvalación de París con el nombre de Avenida de los Chichos, y así se la encontrará el próximo usuario de Avis que sea tan afortunado de recibir el mismo aparatejo. Esa, y otras cuatro carreteras principales más...

La parte más curiosa de nuestro periplo por carreteras Parisinas fue la agresividad de los camioneros locales. En un intervalo de dos minutos escasos presenciamos como un camión se lanzaba a aplastar a un coche que le adelantaba por la derecha (no le alcanzó), y como otro conductor de vehículo pesado, tras una supuesta discrepancia de tráfico, se bajaba de su vehículo y empezaba a aporrear (patadas y puñetazos) a un BMW que se dio a la fuga acojonado.

Fueron solo tres días, no llegó, pero además tuvimos un camarero que se empeñaba en traernos lo que él quería, y acabó prendiendo fuego a lo que había sobre la mesa al servirnos unas crepes flambeadas. Conocimos a un ratoncillo que se había quedado petrificado mientras cruzaba un calle en Trocadero (vivo, pero quieto) y al final descubrimos que volaba con los billetes de un tal Fernando.

Vamos, que dan ganas de volver. De hecho tenemos billete para mañana, pero eso es otra historia...

jueves, 3 de abril de 2008

No quiero volver

En realidad la parte del trabajo está siendo como siempre. Poco productiva, vuelta al comienzo, discusiones resabidas, pero de nuevo estamos en el mismo punto, el de hace un año.

Pero el resto del viaje está siendo todo un descubrimiento. La ciudad, nunca vista de esta manera, preciosa, cálida, impresionante.

Los detalles, la actitud quizás manda, la observación continua y la valoración de cada pequeño aspecto del entorno. Disfrutándolo.

Pero sobre todo la compañía. Los ratos libres, las cenas y las copas, están siendo ricos, novedosos, amenos y enriquecedores. Nuevos temas, nuevos puntos de vista, y hasta nuevos blogs como quien no quiere la cosa.

Da gusto viajar así, y después pegarse un baño en esta pedazo bañera...

miércoles, 2 de abril de 2008

Hablemos de hoteles

Ha llegado el momento. Posiblemente estoy en una de las habitaciones más espectaculares de las que he estado nunca, y es el momento de describirla.

El hotel está situado en la zona centro de París, a orillas del río y muy cerca de la Torre Eiffel. Es un edifcio antiguo que por dentro ha sido decorado con estilo vanguardista. En la entrada, no existe un mostrador de recepción, sino dos salas a ambos lados de la puerta en las que se espera mientras los amables empleados realizan los trámites de registro. Toda esta zona está decorada con un estilo muy moderno y los libros de hoteles de diseño están al alcance del visitante. Se obsequia con un bebida mientras se completa la inscripción, para después pasar a las habitaciones.

Cada planta dispone de muy pocas habitaciones. La sexta, en la que me encuentro yo, es la superior, y en ella solo existen cuatro estancias, numeradas de la 61 a la 63, y una última con el 69 en la puerta. Entendemos que es la suite Eiffel que se anuncia en la planta baja.

A mí me ha tocado la 62, que no es de la categoría que hemos reservado, sino un par de ellas superior. La habitación está dividida en dos partes. La zona dormitorio, con la cama en el centro y elegantemente decorada, y l parte del baño. Lo más impresionante es que ambas zonas están separadas por una pared de cristal, que permite contemplar la una desde la otra totalmente en cualquier momento. Detrás de la cama existe un pequeño escritorio, y delante de ella un sofá integrado en la pared, dos armarios y un televisor de plasma.

La parte más espectacular seguramente sea el baño.


El labavo tiene un diseño espectacular, siendo absolutamente plano y sin profundidad en un extremo, y conteniendo una pendiente interior que lo lleva al desagüe en el extremo contrario. EL espejo es rectangular, muy largo. Lo mejor es la bañera. Es absolutamente cuadrada, de más de un metro de ancha, y en ella cabrían cuatro personas.

El resto de la habitación cuenta con unos servicios nunca vistos que paso a relatar de forma rápida, ya que he dormido poco y mañana hay que madrugar:
  • Altavoces para el Ipod, como lo oís.
  • DVD con películas gratis
  • Internet Wifi gratuita
  • Balcón con banco de diseño exclusivo, con vistas al Sena
  • Jacuzzi en el hotel con acceso gratuito
  • Diferentes tipos de masajes
  • Bar
  • Etc..

Todo un lujo de sitio que os aseguro intentaremos disfrutar al máximo, y que le hace a uno mal acostumbrarse a la buena vida que por su propia cuenta no se puede pagar.

martes, 1 de abril de 2008

Touch & Go

"Touch & Go" es un término que se utiliza en aviación para describir una acción consistente en realizar una maniobra completa de aterrizaje justo hasta el mismo instante en el que el aparato toca tierra, para a continuación volver a emplear plena potencia en ascender de nuevo como si se realizase un despegue.

Esa es la sensación que tengo hoy.

Hoy mismo he llegado después de pasar el fin de semana y un día en los alrededores de Jerez de la Frontera. El motivo, el Gran Premio de Motociclismo de este año. Ni que decir tiene que ha sido fantástico, pero el realizar estos viajes desde la capital del Reino en motocicleta, y más si es una fantástica naked sin ningún accesorio protector para el piloto, cansa.

He llegado a casa pasadas las ocho de la tarde, pero mañana, a las 7:20 de la mañana, en menos de 11 horas desde mi llegada (a eso hay que sumarle el quitarse el mono de cuero, que puede llevar algunos minutos), parto con viento fresco (nunca mejor dicho) hacia la capital de la República Francesa.

Es un viaje apetecido, deseado, y seguramente será disfrutado. Pero, esto del Touch & Go es duro, muy duro.